El show político y medíatico montado por La Moneda al pretender otorgar un rol estelar al presidente Sebastián PIñera en el montaje intervencionista del sábado 23 de febrero, contra el gobierno constitucional de Venezuela y sobre todo la frustración de sus objetivos de violentar la soberanía y la estabilidad del país, no pueden sino calificarse como un fiasco.
La patética defensa del fracaso político y diplomático y de la vergüenza nacional no cambia los hechos y la verdadera naturaleza del desastre.
La provocación bajo el nombre de fantasía de “ayuda humanitaria”, montada por el gobierno de Estados Unidos, con la complicidad del llamado “presidente encargado”, Juan Guaidó, el Secretario General de la OEA Luis Almagro, y que contó con la presencia en el montaje de Cúcuta, de los presidentes de Colombia, Iván Duque, de Chile, Sebastián Piñera, y de Paraguay, Mario Abdo Benítez, no pasó más allá de ser una comedia mal escenificada y peor resuelta.
Ni siquiera la presencia en Colombia de Elliot Abrahams, especialista de la Casa Blanca en intervenciones militares en América Latina, golpes de estado , cargo de la acción encubierta de las agencias de inteligencia de Estados Unidos, del Pentagono y de la ultra derecha estadounidense, pudo evitar la derrota de de los complotadores . Los presidentes Duque, Piñera y Abdo Jiménez solo hicieron el rol de actores secundarios y de “cómplices activos”.
Estuvieron horas en secreto, a la expectativa, reunidos, esperando la sublevación interna en Venezuela, la desmoralización de sus Fuerzas Armadas y de Seguridad, el derrumbre del gobierno del presidente Nicolás Maduro, que prometió el “encargado”, o por último la masacre que buscaban con la irrupción de sus “voluntarios” por la frontera venezolana y brasileña, pretexto que debía abrir paso a la intervención militar de los marines estadounidenses y de tropas brasileñas y colombianas.
Pero sus expectativas, o intenciones, fueron derrotadas en esta batalla que les guste o no, lo reconozcan o no, la ganó el pueblo venezolano, sus organizaciones populares, sus Fuerzas Armadas y de Seguridad, en definitiva el gobierno constitucional.
Les guste o no, el presidente Maduro y su gobierno, no se dejó amedrentar, ni provocar, ni perdió la calma, y mantuvo el control de la situación en todo el país.
Venezuela defendió su soberanía nacional, su dignidad, su independencia, la autodeterminación, el derecho de sus ciudadanos a elegir sus autoridades y defender su voluntad democrática y la legitimidad de sus instituciones y autoridades y el camino de desarrollo que determinó al darse un programa de gobierno, una institucionalidad constitucional y una voluntad patriótica y nacional., ajena al dominio imperial.
Pero la ofensiva, iniciada por la Casa Blanca y sus secuaces en la región, no se ha detenido.
El “presidente encargado” anuncia que pasará a la acción.
( Para la información del presidente de Chile, Guaidó es el “usurpador” y no el presidente constitucional , Nicolás Maduro, como con evidente frustración , pero sobre todo odio, por el fracaso de la intervención del 23 de febrero, descalificó en Cúcuta, en un acto grosero y provocador.
Lo que cabe esperar es una intensificación de la escalada, que lleve a la intervención militar de Estados Unidos y aliados subregionales inc luyendo la ocupac ion territorial, la declaración de “zonas liberadas” desde la cual, con el “ presidente encargado”, inicie su guerra civil.
De hecho este escenario ya está en marcha con nuevos pasos de presiones internacionales, provocaciones, conspiraciones, sabotajes económicos, campañas mediáticas, agresividad retórica, en el mismo marco de guerra sicológica ya en desarrollo desde hace años, con una caja de resonancia de cancillerías, gobiernos de países subordinados o de bloques como el Grupo de Lima o la cúpula de la OEA.
Así buscan la demonización, el aislamiento del gobierno constitucional de Venezuela, el desconocimiento de su institucionalidad democrática y la legalidad de su origen y del ejercicio de su soberanía.
Para los chilenos este libreto es medianamente conocido y como recordarán incluso los que ahora aparentan ingenuidad o deliberado olvido, el objetivo de muchos de los que buscan aparecer condoliéndose de la dictadura, el hambre, la miseria en Venezuela, es manipular a la Opinión Pública, generar, un estado de ánimo internacional que avale , justifique y hasta “pida” la intervención.
Hay “analistas“ internacionales, bien pagados por Estados unidos, que no descartan en sus “escenarios posibles”, ya no solo el derrocamiento del presidente constitucional, Nicolás Maduro, sino su eliminación física, es decir su asesinato.
Hay que leer con atención a Andrés Oppenheimer, un conocido ambientador periodístico de las políticas de la Casa Blanca y del Departamento de Estado, o las declaraciones de expertos o catedráticos de Estados Unidos, que El Mercurio nos trae periódicamente para convencer a sus lectores de las “razones”- en realidad de los objetivos- del Imperio.
El propio Guaidó- que conoce muy bien el libreto – instó tras el fracaso de la operación “Ayuda humanitaria” y desde fuera de las fronteras de su país, evidenciando además su decepción y su frustración, llamó a los países del Grupo de Lima y sobre todo a la Casa Blanca, a “considerar todas las cartas”.
No hay que olvidar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proclamó con descaro el objetivo de lograr, primero, un golpe de Estado militar interno en Venezuela, y conversando al respecto con oficiales de ese país, y luego una invasión de los marines y fuerzas especiales, hipótesis ya en estudio en el Pentagono, anunciando que Estados Unidos, o sea él, contempla “todas las opciones”.
De manera que el objetivo confeso de Trump, Guaidó , y de las diversas instancias subregionales creadas para dar – sustento internacional a esta y otras políticas al servicio de las estrategias de la Casa Blanca – es derrocar a Maduro.
La metodología de desnaturalizar al contrario, destruir su imagen, descalificarlo, para luego eliminarlo, es algo conocido en Chile, como también es conocida la hipocresía de lamentar a posteriori o culpar a las víctimas, de la violencia y los genocidios.
Hablan a veces, de los “excesos”, que son la consecuencia sangrienta del desastre político y humanitario que ellos desataron
Un ejemplo ya clásico y de manual de desnaturalización del contrario, del “enemigo”, es la caracterización pública, que hacía de las víctimas de la barbarie dictatorial, al calificarlos de “humanoides”, es decir de despojarlos de su condición humana , para justificar la tortura, la desaparición, , el degollamiento, la violación de mujeres o el exilio y persecución de cientos de miles de chilenos, por la única razón de ser demócratas y partidarios del gobierno constitucional de Salvador Allende.
¿Le trae recuerdo de ello al presidente Sebastián Piñera, que ya se olvidó de los “cómplices pasivos” de la dictadura, que ahora tiene como ministros, intendentes y altos funcionarios de su gobierno a quienes se enorgullecían de haber sido “cachorros” de Pinochet, compinches de juergas de los agentes de la Dina y la CNI, y aún se ufanan de su pertenencia al “pinochetismo”?.
Pero el problema es otro. Y es muy urgente, El gobierno del presidente Piñera, está cumpliendo ahora con un nuevo embate contra Venezuela. Se trata de la ofensiva diplomática, por ahora en el llamado Grupo de Lima, que derrotado el intento de invasión del 23 de febrero, se apresura en mantener el cerco contra Venezuela.
Pero hay más. El presidente Piñera busca ahora destruir las instancias de integración ideadas y desarrolladas por los gobiernos de la región en Unasur- Unión de Naciones Suramericanas-, un esfuerzo de integración subregional en lo político, económico, diplomático y social e independiente de intereses ajenos a su soberanía e intereses .
Se busca completar, aprovechando un coyuntural dominio gubernamental de las derechas en la región, la estrategia de torpedear los esfuerzos solidarios e integracionistas de Unasur, a favor de los poderes económicos y políticos de la derecha regional, y de los intereses globales de las transnacionales,
Hoy la derecha sudamericana, que gobierna en Brasil, Colombia, Perú, Paraguay, entre otros paìses , busca desmontar toda instancia integradora política, económica, social o diplomática, que responda a los intereses de la subregión , independiente de la tutela o estrategia imperial y claramente al servicio de AL SER.
Acusando falsamente de que Unasur sería una instancia de corte “izquierdista”, se ha propuesto estructurar una plataforma internacional de coordinación, de los gobiernos derechistas de América del Sur, con Bolsonaro, Macri, Duque y otras figuras presidenciales que representan la “ola derechista”.
Pero más allá de sus características confesas de defensa y gestión de los intereses económicos empresariales, de constituirse en el gran club de negocios y de financistas de la subregión, para imponer en la subregión las estrategias de las multilatinas, el gran objetivo de Prosur-l que los publicistas de La Moneda aseguran corresponde al eslogan de “Para el Progreso de Sudamérica”- es tener un aparato de coordinación política regional, que cumpla las orientaciones de la Casa Blanca, y sobre todo de los grandes empresarios.
Por supuesto todo en aras de la democracia neoliberal, la libertad de empresa ,tal como se entiende en Washington y de gobiernos que representan esos principios en la estructura , definiciones y perspectivas de sus instituciones .
Por ello para este modelo de dominación político y económico, un neocolonialismo siglo 21, sus enemigos son los pueblos, sus anhelos de justicia social, sus derechos humanos (entre los cuales está la salud, la previsión social, la vivienda, los derechos políticos, culturales , al trabajo digno, además de la libertad y la democracia ), la autodeterminación , la soberanía , la defensa de las riquezas naturales, el patriotismo, la defensa del medioambiente , el derecho a una educación gratuita y de calidad.
En este sentido, Venezuela, también es un mal ejemplo, pero además habría que buscar los verdaderos motivos del lobo, en algo que no se habla en los argumentos de los que hoy se han embarcado en la preparación de su invasión militar.
Además de su modelo de desarrollo, que busca dejar atrás la dependencia política y económica , es dueña de la mayor reserva de petróleo del planeta, y de riquezas minerales, que es obviamente el gran botín del que busca apoderarse la gran empresa estadounidense, en nombre de las libertades y la democracia., pero en la realidad bajo la bandera pragmática del dólar.
Las reservas petroleras de Venezuela, unos 298.000 millones de barriles, según la Energy Information Administration, superan a Arabia Saudita, Rusia e Irán y es ocho veces más que la de Estados Unidos, En tanto tiene el segundo lugar en reservas de oro, tras Estados Unidos y tiene la cuarta mina de oro en explotación del mundo.
El país tiene también una riqueza significativa en hierro, bauxita, manganeso, níquel, plomo, caolín , zinc y plata .
Pero además Venezuela, presenta en el llamado Arco Minero del Orinoco, una riqueza de carácter estratégico, el llamado “oro azul”, minerales conocidos como “tierras raras” o coltán, elementos claves en la fabricación de artefactos de alta tecnología (reactores nucleares, laseres, maseres (amplificadores de onda ), combustibles y hasta filtradores de radiación.
Los grupos empresariales subregionales, ahora representados en los gobiernos derechistas , o las grandes empresas mundiales presentes en el territorio, con toda seguridad, deben mirar a Venezuela, con el interés puesto en estas “oportunidades” y no precisamente en los valores de la democracia, las libertad y el bienestar de sus habitantes.
Mas bien, y lo dice la historia de las ”intervenciones humanitarias” y en “defensa de la democracia” estarían interesados en eliminar los obstáculos que dificultan su libertad de acción para apoderarse de esas riquezas , poniendo fin a las políticas que protegen los intereses nacionales y de los ciudadanos, la defensa de los intereses nacionales y las riquezas estratégicas que permitirían el desarrollo y el progreso de los países y sus pueblos.
H ay que permanecer alertas, porque la ofensiva del imperio se mantiene e intensifica. Y es regional. Venezuela no solo es el pretexto, sino el botín.
Por Marcel Garcés Muñoz
Periodista
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 28 de febrero 2019
Crónica Digital
Mientras el cártel de lima desea que Maduro se vaya pero “sin usar la fuerza” , claman por el uso de la fuerza a USA que se vería apoyada por estos líderes de cartónpiedra que hablan mucho y se arrastran en la oscuridad a sus nichos de riqueza e impudor que los caracteriza.Son cobardes ,ladrones y demagogos.
No hay hijo peor nacido que, aquél que clama que ultrajen a su Patria. Las oligarquías criollas y los partidos de derecha que defienden sus mezquinos y egoístas intereses; Jamás admiten sus errores, sus fechorías y crímenes. Siempre dicen “yo no fuí”. La oligarquía chilena nació traidora. Su primer acto fue de “Fidelidad al Rey e informante del paso del Ejército Libertador”. Asesinó a Manuel Rodriguez y conspiró contra “El Huacho Riquelme haciéndolo Abdicar y lo mandó al exilio como a todos nuestros Héroes y Padres de la Patria Grande. Lo demás, es historia reciente y vergonzosa que nos trae a Cúcuta con notables ultrajadores y saqueadores.