La repentina renuncia del presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, agrega una nota de incertidumbre a los cuestionamientos que hoy pesan sobre la fortaleza de este tipo de instituciones multilaterales.
Según juzgan analistas, Estados Unidos -mayor accionista del organismo de desarrollo-, tiene ahora una posibilidad decisiva para elegir al director de esta institución.
Kim, quien estaba a la cabeza del organismo desde 2012, abandona el puesto a menos de la mitad de su segundo mandato que no ha estado exento de polémicas y cuestionamientos.
Una de las controversias más sonadas se dio a inicios del año recién concluido tras la renuncia del analista Paul Romer quien sostuvo que el BM había perjudicado ‘intencionalmente’ a Chile durante los gobiernos de Michelle Bachelet.
En unas declaraciones al diario estadounidense The Wall Street Journal, Romer consideró que hubo cambios metodológicos en la confección del informe que califica el entorno para hacer negocios en 190 países en perjuicio de la nación suramericana y de la gestión de la expresidenta debido a ‘motivaciones políticas’ del Banco Mundial.
‘Las condiciones económicas no empeoraron en Chile bajo la administración de Bachelet’, admitió Romer en enero del pasado año.
Aun cuando poco después el analista se retractó de estas revelaciones, tras haber merecido el premio Nobel de Economía a finales de 2018, retomó las críticas contra el organismo internacional que, según afirmó, no estuvo cumpliendo los altos estándares de integridad que se pretenden para este tipo de trabajo.
También en 2016, de acuerdo con reportes de medios especializados, un grupo de funcionarios del Banco Mundial emitió fuertes críticas y mencionó la incomodidad existente entre los trabajadores, denunció falta de liderazgo y reclamó terminar con acuerdos poco transparentes sobre el control de la entidad.
En tiempos de incertidumbre económica y de cuestionamientos a disímiles entidades multilaterales entre las que se halla la Organización Mundial de Comercio, la renuncia de Kim añade una nota de preocupación sobre la credibilidad de estas organizaciones.
Por otro lado, según la agencia Bloomberg, la administración de Donald Trump ha presionado al Banco Mundial para que justifique sus prácticas crediticias, en particular sus préstamos a China.
Cuando se hizo con la presidencia del cargo, Kim reveló su intención de trabajar en dos objetivos fundamentales: eliminar la pobreza extrema en 2030 e impulsar una prosperidad compartida.
Ahora, no obstante, alude que otras ambiciones laborales motivaron su dimisión.
‘La oportunidad de unirme al sector privado fue inesperada, pero he llegado a la conclusión de que este es el camino a través del cual podré tener el mayor impacto en los principales problemas mundiales como el cambio climático y el déficit de infraestructura en los mercados emergentes’, argumentó.
Una vez que abandone la institución de manera definitiva, Kim, originario de Corea del Sur y nacionalizado estadounidense, será sustituido por la actual directora general, Kristalina Georgieva.
El Banco Mundial, creado en 1944, está conformado por 189 países miembros y según ha declarado la propia entidad, su propósito fundamental es reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés, créditos sin intereses a nivel bancario y apoyos económicos a las naciones en desarrollo.
La Habana, 8 enero 2019
Crónica Digital /PL