Como lo señala el periodista español Marc Amorós García en su reciente libro “Fake News. La verdad de las noticias falsas”, aquellas tienen explícito un interés político y económico en su intención deliberada de engañar, inducir a error o manipular. Y enfatiza que no son una broma: pueden tener un grave impacto en la sociedad. Por otro lado, indica, entre sus características se encuentra el propósito expreso de ocultar o falsear información.
Ello puede confirmarse en un ejemplo de fake news que ha circulado profusamente en las redes sociales luego de que el Gobierno de Sebastián Piñera anunciara su decisión de no ratificar el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
Como se sabe, se trata de un Pacto que es de carácter no vinculante, que se logró tras un período de consultas y negociaciones intergubernamentales que se extendió por 18 meses y que comprende 23 objetivos “para gestionar mejor la migración a nivel local, nacional, regional y mundial”, de acuerdo a las Naciones Unidas.
La falsa noticia tiene la obvia intención de proporcionar una supuesta fundamentación a la cuestionable resolución de Piñera de marginarse de un acuerdo en cuya elaboración había participado el Estado chileno, que el propio Primer Mandatario había señalado –apenas en septiembre– que sus contenidos eran consistentes con la política migratoria chilena y que ha sido suscrito por la abrumadora mayoría de los países de la comunidad internacional.
El fake news consiste en una lista de los países que rechazarían el Pacto. Aparecen 20 naciones, con imágenes de sus banderas, como Croacia, Estonia, Eslovenia, Bélgica, Corea (Corea del Sur, suponemos), Japón, Dinamarca, China y Rusia.
Era falso: todos esos países suscribieron el Pacto Mundial para la Migración.
El pasado 11 de diciembre, China había anunciado su respaldo, indicando que “el Pacto proveerá un marco de trabajo de cooperación global que ayudará a abordar el fenómeno de la inmigración”, según señaló en Pekín el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lu Kang. El mismo día, Rusia apoyó el Pacto en la conferencia intergubernamental de la ONU en Marruecos: el embajador Valerián Shuváev dijo que “la Federación de Rusia apoya la firma del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular; este documento de compromiso abarca numerosos aspectos de la migración internacional, incluido el ámbito humanitario, el problema del desarrollo, los derechos humanos, la lucha contra el crimen”.
Axel Kaiser, director ejecutivo de la derechista “Fundación para el Progreso”, en un texto publicado en “El Mercurio” del 12 de diciembre señaló que Dinamarca no había suscrito el pacto. Casi de inmediato el embajador de ese país europeo, Jens Godtfredsen, envío una aclaración al diario, señalando: “Dinamarca firmó el pacto, y el Primer Ministro danés, Lars Løkke Rasmussen, estuvo presente en la reunión en Marrakech”.
Entre los otros once mencionados en la nomina del fake news, se repetía dos voces Australia (quizás para que la lista se viera más larga) y se agregaba una serie de países, cuyos Gobiernos efectivamente no suscribieron el pacto, pero –como se observó en la reunión de la Asamblea General el 19 de diciembre– no todos tuvieron igual conducta.
De los países mencionados en el fake news, sólo Estados Unidos, Polonia, la República Checa y Hungría efectivamente rechazaron la resolución. Otros países mencionados en la lista de la falsa noticia se abstuvieron: Australia, Austria, Bulgaria e Italia. Es curioso pero en la nómina se omiten dos importantes países: Israel (que rechazó) y Suiza (que abstuvo). Tal vez por el apuro de fabricar la falsa noticia.
Lo concreto es que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el miércoles 12 de diciembre el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular por 152 votos a favor, 5 en contra y 12 abstenciones. De esta forma, Chile quedó en el puñado minoritario de países que no dio su consentimiento a un acuerdo que asume la necesidad de asumir la migración como un fenómeno global, que requiere por lo tanto la cooperación internacional, y garantiza “el derecho soberano de los Estados a determinar sus políticas de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional”.
Por Víctor Osorio Reyes.
El autor es periodista y fue Ministro de Estado. Es presidente de la Corporación Ciudadanía y Justicia.
Santiago de Chile, 20 de diciembre 2018
Crónica Digital