La mezquita Al-Aqsa es uno de los tantos tesoros arquitectónicos y religiosos que alberga la Ciudad Vieja de Jerusalén; con más de mil 300 años de antigüedad, la edificación forma parte del complejo religioso de la Explanada de Mezquitas de la denominada Ciudad Santa.
La tradición musulmana establece que el profeta Mahoma subió al cielo desde dicha explanada en el año 621; esto supone que Al Aqsa es, después de La Meca y Medina, el tercer lugar más importante para el Islam.
Las reglas vigentes establecen que los no musulmanes pueden ingresar al sitio durante las horas regulares de visita, pero no se les permite realizar ningún ritual religioso.
Como consecuencia, la policía normalmente acompaña a los fanáticos durante su gira para evitar cualquier contacto entre ellos y los palestinos.
Sin embargo, desde finales de 2015 hasta la fecha, los colonos judíos y el personal de seguridad israelí han violado repetidamente esa normativa, lo que ha generado tensiones de varios meses en los territorios palestinos ocupados.
Tel Aviv, 18 noviembre 2018
Crónica Digital /PL