Del referido total existente ahora, dos mil 800 militares se ubican en Texas, mil 500 en Arizona y mil 300 en California, informó el Pentágono en un comunicado.
Unos dos mil miembros de la Guardia Nacional, movilizados desde abril último, también están en la zona limítrofe.
El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó el pasado 31 de octubre con enviar hasta 15 mil soldados a la línea divisoria después de que dicho departamento anunció que había notificado para ese objetivo a siete mil.
La publicación castrense Star and Stripes, reportó entonces que el Comando Norte confirmó que se podrían agregar más tropas a los cinco mil 239 designados en un principio.
Casi 40 unidades fueron convocadas para el movimiento y en la relación están incluidos ingenieros de combate, aviadores de la Tercera División de Infantería, miembros de fuertes de Texas, Carolina del Norte y Kansas, y personal médico y de logística, amplió la fuente.
Tal operación, denominada Patriota Fiel, un nombre que se desechó hace poco, fue descrita por el jefe del Comando Norte, Terrence O’Shaughnessy, como un esfuerzo para ayudar a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza a endurecer las defensas en los puntos legales de acceso y los sitios cercanos.
Como parte de este contexto, informaciones periodísticas expusieron que los militares tendrán limitadas sus acciones por una ley federal.
Tal norma, apuntaron, impide al Ejército realizar labores policiales en territorio norteamericano, por lo cual los uniformados no podrán participar directamente en operaciones contra las caravanas de personas de Centroamérica que buscan llegar a Estados Unidos.
Brindar apoyo aéreo para misiones fronterizas, instalar barreras de concreto, y reparar y dar mantenimiento a vehículos constituyen algunas de las tareas permitidas a los soldados.
R. Gil Kerlikowske, comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de marzo de 2014 a enero de 2017, señaló que el Ejército no puede detener a los solicitantes de asilo que se presenten en los cruces fronterizos en busca de protección.
Veo el despliegue de tropas como una maniobra política y un desperdicio tanto de los recursos militares como del dinero de los contribuyentes, opinó.
A juicio de Kerlikowske, constituye un gran error utilizar a militares en activo y asignarlos a dichas labores.
Washington, 9 noviembre 2018
Crónica Digital /PL