El llamado hoy de la justicia de Chile a una audiencia de conciliación entre la Iglesia católica y tres víctimas de abusos sexuales se fijó para el 20 de noviembre, pero ya fue rechazado.
James Hamilton, José Andrés Murillo y Juan Carlos Cruz, quienes sufrieron trasgresiones sexuales del ahora defenestrado exsacerdote Fernando Karadima, fueron tajantes en torno al pronunciamiento de la Corte de Apelaciones de Santiago.
El médico Hamilton, el filósofo Murillo y el periodista Cruz, a través de sus abogados exigen una indemnización equivalente a unos 660 mil dólares por daño moral al Arzobispado de Santiago, y descartan un arreglo con la curia.
Hamilton expresó que llamarlos por cuarta vez a un proceso de conciliación sería forzarles a aceptar que no hubo encubrimiento.
“No vamos a defraudar a nuestras familias y nuestras conciencias. Magistrados sepan que nos traumatizan nuevamente”, puntualizó en su cuenta de Twitter.
En la misma red social, Murillo remarcó que “la verdad no se transa ni por dinero”.
“Ezzati (arzobispo de Santiago), váyase a buena parte con sus ministros y abogados rastreros y cobardes. Esperamos fallo, no dilación, conciliación ni dinero. Queremos justicia’, agregó Murillo.
Se refería así al cardenal Ricardo Ezzati, señalado como encubridor de Karadima durante sus desmanes.
“Sepan todos que NO HAY CONCILIACION. Vamos a pelear hasta que no nos quede ningún recurso”, apuntó por su lado Juan Carlos Cruz en su cuenta de Twitter.
La Corte de Apelaciones señaló en su resolución para la audiencia del 20 de noviembre:
“En torno a la posibilidad de un entendimiento entre las partes y sin perjuicio del estado de la causa, vengan las partes que han comparecido a esta instancia (…) a comparendo de conciliación’, señaló una resolución de la corte.
Karadima, quien fue separado de su actividad a raíz de las denuncias, fue expulsado del sacerdocio en septiembre pasado por orden del papa Francisco, quien a raíz de su visita a Chile en enero terminó por dar un vuelco a este caso y abrió nuevas investigaciones.
Como consecuencia del repudio al entonces obispo de Osorno, Juan Barros, Su Santidad dio un giro de 180 grados y envió al país austral al obispo de Malta, monseñor Charles Scicluna, en dos misiones que arrojaron escandalosas revelaciones.
El desprestigio de sacerdotes y obispos llegó a puntos sin precedentes en la historia, y con el visto bueno del Vaticano la Fiscalía Nacional adelanta investigaciones de por lo menos 119 denuncias de trasgresiones sexuales y pederastia.
Santiago de 25 de octubre 2018
Crónica Digital /PL