“Nos parece un anuncio de la mayor importancia para la protección de nuestro patrimonio medioambiental. Será una suerte de proceso constituyente desde donde emergerá el marco jurídico que busca frenar las severas consecuencias que el cambio climático está teniendo y tendrá a futuro en el país. De hecho, se estima que las pérdidas ambientales, sociales y económicas en el país debido a los efectos del cambio climático llegarán, el año 2100, a un 1,1 % anual del PIB”, dijo Matías Asun, director nacional de Greenpeace. Los efectos que sufrirá Chile por el cambio climático son múltiples: aumento de temperatura, menos lluvias, incremento de eventos climáticos extremos, aumento e introducción de nuevas enfermedades, afectación en la cantidad y calidad de productos cultivados, implicancias en el turismo y en los servicios básicos de las ciudades.
Como una “oportunidad histórica que debe tratarse como la ley medioambiental más importante de este siglo para el país” calificó Greenpeace el anuncio del gobierno de un proceso de discusión y participación que debe concluir con una Ley Marco de Cambio Climático que debiera ingresar al Congreso con suma urgencia en julio del 2019.
“Nos parece un anuncio de la mayor importancia para la protección de nuestro patrimonio medioambiental. Será una suerte de proceso constituyente desde donde emergerá el marco jurídico que busca frenar las severas consecuencias que el cambio climático está teniendo y tendrá a futuro en el país. No hay que olvidar que Chile es uno de los diez países más afectados en el mundo por las alteraciones del cambio climático”, dijo Matías Asun, director nacional de Greenpeace.
En este sentido, la ONG enumeró -de acuerdo al Plan de Accion Nacional de Cambio Climático 2017/2022- algunas de las consecuencias presentes y a futuro que enfrenta Chile debido a las alteraciones climáticas que está enfrentando:
Temperatura
Chile experimentará en aumento de temperatura en todo su territorio, siendo la alza más importante en la zona norte. Para el 2030 habría un incremento de, por lo menos, 0,5°C para las zonas sur y austral, y de 1,5°C para el norte grande y el altiplano. Más preocupante es que estos incrementos no harán más que subir para el período 2031-2050.
Lluvias
Para el año 2030 se estima una disminución de la precipitación entre 5% y 15%, para la zona comprendida entre las cuencas de los ríos Copiapó y Aysén. Para el período 2031-2050 la baja será todavía más significativa.
Eventos climáticos extremos
Para la segunda mitad de este siglo se esperan reiterados eventos de sequía, proyectándose hacia fines de la centuria una ocurrencia de más de 10 veces en 30 años. Y, pese a que el número de eventos de precipitación extrema tiende a decrecer en gran parte del país, la ocurrencia de eventos de alta precipitación con temperaturas elevadas aumentan. En general se observa un aumento de las noches cálidas desde el Norte Grande a Coyhaique, con disminución de las noches frías. Para Santiago, mientras tanto, se vaticina un aumento de las olas de calor.
Biodiversidad
Las proyecciones anticipan una pérdida importante del patrimonio genético nacional, caracterizado por un alto endemismo. Bosques especialmente en la regiones de Magallanes, Valparaíso, Metropolitana y de O’Higgins serán los más afectados. También se verán afectados humedales andinos y especies de flora endémicas clasificadas como vulnerables o en peligro de extinción.
Recursos Hídricos
Se proyecta una reducción importante de los caudales en las cuencas entre las regiones de Coquimbo y Los Lagos. Junto a ello se anticipa una elevación de la isoterma, lo que se traducirá en una reducción de las reservas de agua y el consiguiente aumento del riesgo de inundaciones y aluviones durante eventos de precipitación extrema y altas temperaturas. El retroceso de glaciares también sería significativo, afectando los aportes de agua en los períodos secos.
Salud
Los cambios en lluvias, humedad y temperatura podrían aumentar la ocurrencia de algunas enfermedades ya existentes en el país, facilitar la introducción de nuevas enfermedades y exacerbar el efecto de ciertas variables ambientales en la salud. Así, para la zona centro-sur se espera un aumento de enfermedades transmitidas por roedores y garrapatas (hantavirus y rabia), mientras que en el norte grande se favorecería el desarrollo de enfermedades como malaria y dengue, hoy ausentes en Chile. El deterioro la calidad del aire, aumentado por la mayor frecuencia de condiciones meteorológicas de mala ventilación, podría incrementar las muertes prematuras, disminución en el rendimiento de los cultivos agrícolas y daño a los ecosistemas.
Infraestructura
El aumento en la frecuencia e intensidad de los eventos extremos pondrá en riesgo la infraestructura pública, como puentes, puertos, infraestructura hídrica y otros, afectando conectividad terrestre-marítima-aérea, provisión de agua potable, sistemas de evacuación de aguas y otros. De la misma manera, se espera un aumento en la intensidad y frecuencia de las marejadas, poniendo en riesgo a las poblaciones que habitan en el borde costero.
Energía
Los principales impactos proyectados se relacionan con disponibilidad de caudales en cuencas con generación hidroeléctrica. Así, de acuerdo al escenario, el potencial de generación hidroeléctrica del Sistema Interconectado Central (SIC) podría presentar disminuciones que irán de un 11% (período 2011-2040) a un 22% (período 2071-2099). Esta menor capacidad proyectada de generación de hidroelectricidad, junto al aumento en la demanda energética permite proyectar importantes oportunidades para el desarrollo de las energías renovables no convencionales (ERNC).
Sector Silvoagropecuario
Se prevé un desplazamiento de los cultivos hacia el sur junto a una menor disponibilidad de aguas para riego en la zona centro, generando cambios en la producción y en los ingresos, siendo negativos en las zonas norte y centro, y positivos en las zonas sur y austral. No solo se verá afectada la cantidad, sino también la calidad de los productos. Los productores más afectados serían los agricultores del secano interior y secano costero, entre las regiones de Valparaíso y del Biobío.
Pesca y acuicultura
Se proyectan reducciones importantes en la capacidad reproductiva de peces como anchoveta, jurel y sardina. El nivel medio del mar se incrementaría entre 5 y 10 cm al año 2050 y entre 12 y 28 cm al año 2100. Esta alteración tendría efectos sobre los centros de cultivo por cambios de la salinidad de las aguas estuarinas. Además, es factible que dicho efecto favorezca la incidencia de plagas y enfermedades en los centros de cultivo.
Turismo
El establecimiento de una condición más tropical en el norte del país, puede tener efectos positivos en el turismo de costa, pero otros impactos serían negativos, como el ascenso de la línea de nieves, el derretimiento de glaciares, la aceleración de los ciclos reproductivos de distintas plagas y la incidencia de eventos extremos. Un impacto especialmente negativo se generaría en los campos de hielo y glaciares de la zona austral, lo que afectaría el turismo de la zona. De igual manera, un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) respecto al impacto del cambio climático en el patrimonio mundial y el turismo hace referencia a Isla de Pascua como uno de los seis sitios prioritarios más vulnerables del mundo.
Ciudades
Existirá mayor presión en las urbes por disponer de agua. Y no solo de agua potable, sino respecto del alcantarillado, los sistemas de energía y los servicios de transporte. También se prevé un aumento de condiciones de mala ventilación para los valles centrales de Chile en la época de invierno.
Santiago de Chile, 6 de julio de 2018.-
Crónica Digital