Beyer subrayó la importancia de que el foro mantenga el formato G7 y la integración común de lo suscrito en la cita celebrada el pasado viernes y sábado en Canadá en un clima polémico entre Estados Unidos y el resto de los integrantes del grupo (Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Italia y Japón).
Sin embargo, y a juicio de analistas, desde ahora hay que llamar a esas cumbres como el G6+1 tras la posición de Trump de respaldar inicialmente la declaración final horas después anunciar su retirada de esos compromisos a través de mensajes de Twitter.
Para justificar su postura, aludió declaraciones realizada ante la prensa por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, las cuales calificó de falsas.
Trudeau cuestionó otra vez la decisión estadounidense de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedente de Canadá, México y la Unión Europea, tema que estuvo en el centro de las tensiones durante la cita.
La víspera el ministro de Asuntos Exteriores germano, Heiko Maas, criticó la posición estadounidense al señalar que ‘mucha confianza puede destruirse con rapidez y es aún más importante que Europa se una y represente sus intereses de forma más agresiva’.
Con anterioridad el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, aseguró que su país apoya los 28 puntos de la declaración final.
Por su parte se cumplió el vaticinio de la canciller federal, Angela Merkel, del pasado 6 de junio cuando dijo que durante la cumbre del G7 las polémicas marcarían las sesiones del foro.
Canadá acogió la cita este año por sexta ocasión y la próxima se prevé en Biarritz, ciudad del suroeste de Francia.
Berlín, 11 junio 2018
Crónica Digital /PL