La actividad productiva de las empresas y las conductas de consumo de las personas y familias conlleva la generación de residuos que son vertidos a los ecosistemas, generando en muchas ocasiones externalidades negativas, algunos de los cuales pueden ser reutilizados y otros no. Frente a esto, la sociedad tiene el desafío de gestionar adecuadamente los residuos para favorecer un desarrollo sostenible en un contexto de una mayor conciencia por aprovechar de mejor forma los recursos naturales, buscando su reutilización y/o creando nuevos negocios.
El reciclaje en Chile aún está en la categoría de nicho, especialmente si se toma en cuenta que sólo el 10% de los desechos se recicla. Según cifras del Ministerio de Medioambiente, los papeles y cartones (uno de los subproductos de la categoría “Envases y Embalajes”), tiene un reciclaje efectivo de 82% y las baterías, de un 76%. En tanto, el reciclaje efectivo de los plásticos es de 12%, mientras que el de los neumáticos es de un 4,7%, por nombrar algunos.
Afortunadamente, Chile cuenta con un nuevo marco normativo establecido recientemente (Ley N°20.920) que apunta a la gestión de residuos, la responsabilidad extendida del productor y el fomento al reciclaje. Efectivamente, la nueva legislación establece que las empresas deberán presentar un plan de gestión, organizar y financiar la recolección y tratamiento de residuos y también cumplir metas de recolección y de valorización de éstos.
En este marco, son fundamentales los esfuerzos conjuntos del Estado, los privados y principalmente de la ciudadanía en su rol de consumidores para converger hacia una política y cultura ambiental que el país necesita.
Dentro de los desafíos que existen a nivel país están: una mayor conciencia de la población frente a la necesidad de reutilizar los recursos naturales, una mayor articulación pública – privada, y mayores inversiones en técnicas de recolección segregada de reciclables, mecanismos de seguimiento y control de los materiales recuperados, plantas de separación de escala industrial y plantas para reciclaje de materiales.
Se espera que el sector productor privado realice las inversiones necesarias para responder a las exigencias de la normativa y de las oportunidades de negocios que se visualizan en el área del reciclaje, asegurando esta última un abastecimiento tanto en calidad, frecuencia y cantidad. Por su parte, los consumidores irán adquiriendo una mayor conciencia de la necesidad de gestionar los residuos y de reciclar, para lo cual será fundamental el papel que jueguen los colegios como asimismo la disponibilidad de espacios públicos de recolección de residuos por tipo de residuo.
Finalmente, se requerirá de una fuerte cooperación público – privada, donde el Estado no solo fiscaliza el cumplimiento de la normativa, sino, además, apoya al sector privado a implementar acciones de acompañamiento y de financiamiento tal como ha ocurrido con la experiencia del Consejo de Producción Limpia.
Por Rodrigo Saldías
Director de la Escuela de Negocios, U. Central.
Santiago de Chile, 5 de junio 2018
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