Se trata de restaurar la sensación de los amputados y, quizás, algún día darles a los robots algún tipo de capacidad de reflejo, explicaron los autores, que contaron con la colaboración de expertos de la Universidad Nacional de Seúl.
Los científicos describieron en el medio especializado cómo construyeron un circuito nervioso sensorial artificial que podría integrarse en una futura cubierta similar a la piel para dispositivos neuro-protésicos y robótica blanda.
Aunque el nuevo trabajo tiene un largo camino por recorrer, el equipo realizó la primera prueba para comprobar la capacidad del sistema para generar reflejos y sentir el tacto.
Washington, 2 junio 2018
Crónica Digital /PL