El presidente de Chile, Sebastián Piñera, llamó ayer en su primera Cuenta Pública a la unidad, el diálogo y la amistad cívica, pero al mismo tiempo desbarró contra el gobierno anterior de Michelle Bachelet.
Su tono conciliador, republicano, con un llamado a la cohesión de los chilenos en favor del desarrollo y para desterrar la pobreza, contrastó con numerosas descalificaciones a la administración de Bachelet.
El ex ministro secretario general de la Presidencia, Gabriel de la Fuente, criticó a Piñera por sus dichos y afirmó categóricamente que “así no se gobierna”.
“Llama la atención la profunda contradicción entre los fervorosos llamados a la unidad nacional y el diálogo. Y acto seguido nos dice que recibió un país en donde el progreso se vio interrumpido”, apostilló De la Fuente.
“Si el país hubiera estado en tal caos, Piñera no podría estar anunciando proyectos que nosotros dejamos presentados y avanzados en el Parlamento, como es el caso del fortalecimiento del Servicio Nacional de Menores”, enfatizó.
En extenso discurso de dos horas y 20 minutos, el gobernante conservador aseveró que el país austral tiene las potencialidades para dejar atrás la pobreza y la desigualdad, y encaminarse al desarrollo.
El presidente del Partido Socialista, Alvaro Elizalde, escribió en su cuenta de Twitter:
“En infancia la gran mayoría de los anuncios de @sebastianpinera en su mensaje corresponde a iniciativas del gobierno anterior. Crítica a la pasada administración pero se viste de sus logros”.
La senadora socialista Isabel Allende, hija del extinto dignatario Salvador Allende, se manifestó molesta por las palabras de Piñera.
Hasta ahora ninguna autocrítica de las varias chambonadas de este Gobierno que no puede esconder los progresos con Bachelet en una verdadera agenda de género, nuevo modelo de educación con gratuidad. Más derechos y menos discriminación, argumentó la legisladora.
En sus críticas directas a la administración anterior, Piñera retomó el término retroexcavadora y señaló la baja en el crecimiento económico de Chile en la administración de Bachelet, con descalificaciones a las reformas tributaria y laboral.
Para graficar ese panorama, se concentró en cifras y remarcó que la nación sudamericana perdió el ritmo poderoso de incremento de su PIB que mantuvo en su anterior mandato (2010-2014) en el orden del 5,3 por ciento.
Sin embargo, pasó por alto que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo de Naciones Unidas, refirió en sus informes anuales la desaceleración mayoritaria de la región por la caída de los precios de las materias primas a partir de 2013.
La propia Cepal vaticinó una mejoría global en la zona en la segunda mitad de 2017 y en especial a partir del año en curso.
Santiago de Chile, 2 de junio 2018
Crónica Digital /PL