La nota fue entregada a la prensa por el secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos, quien puntualizó que fue voluntad expresa de su santidad hacerlo al mediodía, hora del país sudamericano.
En su extensa carta, la máxima figura de la santa sede se refirió el lanzamiento de la convocatoria el pasado abril a los obispos para que fueran tres días a Roma, “ante una herida abierta, dolorosa y completa que desde hace mucho tiempo no deja de sangrar”.
“La cultura del abuso y del encubrimiento es incompatible con la lógica del Evangelio (…). Digámoslo claro, todos los medios que atenten contra la libertad e integridad de las personas son anti-evangélicos )…)”, apostilló.
Francisco tomó las riendas de los continuos casos de abusos sexuales cometidos por ministros de la Iglesia católica en Chile, después de ácidos contratiempos durante su visita a la nación austral en enero pasado.
La defensa del papa al obispo Juan Barros, señalado de encubrir los desmanes y actos de pederastia cometidos por el cura Karadima en el pasado reciente, lo obligó luego a un cambio radical ante las reacciones de rechazo.
El obispo de Roma, en su comunicado a la comunidad religiosa chilena y también a los no creyentes, recordó que en su llamado a los jerarcas eclesiales, los invitó a “mirar de frente el dolor causado, el rostro de su víctimas, la magnitud de los acontecimientos”.
Jorge Mario Bergoglio deslizó precisiones del Vaticano para abordar una profunda crisis en la Iglesia católica, que no ha cesado de destapar nuevos escándalos de violaciones, pederastia, exhibicionismo y abusos, junto con el reciente caso de una exmonja.
En siete puntos, el sumo pontífice resumió el largo peregrinar ante estos fenómenos, partiendo de la idea de orar, mientras se imponían las cortinas de silencio, de apatía, el olvido o la indiferencia.
“La Santa Madre Iglesia hoy necesita del Pueblo fiel de Dios, necesita que nos interpele”, señaló al rememorar una frase dicha a jóvenes en esta capital en enero pasado.
Al detenerse en el vocablo escuchar, el papa Francisco consideró el no hacerlo como una de las principales faltas y omisión: “el no saber escuchar a las víctimas”.
En su mensaje, admitió que durante los encuentros que sostuvo, “constaté cómo la falta de reconocimiento de sus historias, como también del reconocimiento aceptación de los errores y las omisiones en todo el proceso, nos impiden hacer camino”.
Al profundizar en el aspecto, Francisco recalcó que “seríamos injustos si al lado de nuestro dolor y vergüenza por esas estructuras de abuso y encubrimiento que tanto se han perpetuado y tanto mal han hecho, no reconociéramos a muchos fieles laicos, consagrados, sacerdotes, obispos que dan la vida por amor (…)”.
En una de los párrafos finales de su texto, el papa subrayó que “una Iglesia con llagas (…), no busca encubrir y disimular su mal, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene un nombre: Jesucristo”.
Santiago de Chile, 31 de mayo 2018
Crónica Digital /PL