El Banco Central de Chile mostró algunas inquietudes al presentar hoy el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre de 2018, sobre todo por algunos elementos preocupantes.
La máxima entidad emisora del país austral significó que si bien el sistema financiero y de pagos internos y externos no ha registrado casos de disrupción importantes, algunos agentes han acumulado vulnerabilidades.
El asunto se relaciona con el menor dinamismo experimentado por la economía en los últimos años.
El IEF del primer semestre del año sostiene que uno de los riesgos externos más relevantes que enfrenta la economía chilena, es un deterioro abrupto de las condiciones de financiamiento en el exterior.
“Este ocurriría, por ejemplo, ante una normalización de los niveles de apetito por riesgo. Ello podría incrementar de forma relevante la tasa de largo plazo en Chile, aun considerando el efecto amortiguador que proporciona el régimen cambiario flexible”, anotó.
Argumento, además, que los ejercicios de tensión señalan que pese a que el sistema ha mostrado una reducción de riesgos relacionados con la recuperación de la actividad económica, la banca continúa con niveles de capitalización moderados.
De otro lado, el IEF señaló que los indicadores financieros de los hogares muestran algún grado de deterioro, dando cuenta que persisten los riesgos reportados previamente.
“Estos siguen concentrados en la evolución futura del mercado del trabajo, en particular para aquellos hogares con alto nivel de endeudamiento y con bajo margen financiero para enfrentar shocks de ingreso”, precisó.
En particular, la deuda agregada del sector, alcanzó a 46% del PIB al cierre del año 2017, completó.
Santiago de Chile, 16 de mayo 2018
Crónica Digital /PL