El resultado del estudio resulta asombroso para los investigadores, pues se creía que este largo ciclo había ocurrido hace 50 millones de años.
Ahora los científicos pueden vincular cambios en el clima, el medio ambiente, la evolución de los dinosaurios y los mamíferos, así como los fósiles en todo el mundo con este ciclo de 405 mil años de una forma precisa, expresó Dennis Kent, primer autor del estudio y experto en paleomagnetismo.
Para arribar a estas conclusiones, los investigadores analizaron pruebas de fenómenos de inversión de los polos magnéticos en Arizona, al extraer rocas en el Triásico tardío, hace 209 a 215 millones de años, en un momento en que evolucionaron los mamíferos y los dinosaurios y se fragmentó el súper continente de Pangea.
También analizaron muestras procedentes de Nueva York y Nueva Jersey, donde encontraron restos de la misma época con señales de una alternancia entre períodos secos y húmedos.
Luego de combinar ambos análisis obtuvieron evidencias de que el ciclo de 405 mil años potencia los efectos de otros ciclos planetarios que influyen en el clima.
Ello explica que cuando el ciclo de 405 mil años llega al máximo y la órbita de la Tierra se alarga, los cambios provocados por los otros ciclos se hacen más intensos, por lo que los veranos se vuelven más cálidos y los inviernos más fríos.
De acuerdo con los científicos, el estudio puede tener implicaciones tanto para las investigaciones climáticas, como para comprender la evolución de la vida en la Tierra y del Sistema Solar.
Washington, 8 mayo 2018
Crónica Digital /PL