A una semana del inicio de una reunión emergente con el papa Francisco en Roma, los obispos de Chile aguardan con escozor y ansiedad el encuentro, que para muchos puede marcar el principio del fin.
Los escándalos de abusos sexuales de la Iglesia Católica en el país austral, provocaron un cisma que trascendió durante la visita, a raíz de la defensa del Sumo Pontífice al obispo de Osorno, Juan Barros.
Barros está señalado de haber sido cómplice del defenestrado cura Fernando Karadima, quien fue declarado culpable de abusos sexuales contra menores con violencia en un proceso canónico concluido en 2011.
También el cardenal Francisco Javier Errázuriz está en la mira de tres testigos claves del caso, que sufrieron las vejaciones en carne propia y finalmente sus denuncias fueron escuchadas por el papa, quien los invitó a Roma.
En un análisis del diario La Tercera, señaló que el actual nuncio Ivo Scapolo, aparente responsable de haber mal informado a Su Santidad sobre la situación eclesial chilena, se despidió en estos días de sus allegados y ya se encuentra en Roma.
Según el influyente medio local, en el ámbito chileno de las autoridades de la iglesia, hay tres grupos, el primero que sigue a Scapolo, otro cercano a los cardenales Errázuriz y Ricardo Ezzati, y un último más progresistas, encabezado por Alejandro Goic.
Al margen y según La Tercera, el papa deberá renovar un cuarto de la Conferencia Episcopal, varios por haber cumplido la edad límite de 75 años y cuatro integrantes vinculados directamente al caso Karadima.
“El cambio apuntaría a consultar y considerar mucho más a los clérigos rasos y a los laicos. Pero, sobre todo, a cambiar el perfil y el tipo de candidatos a la mitra”, aseguró la fuente.
Aunque el papa Francisco se ha cuidado de adelantar posibles sanciones a obispos de la iglesia católica en Chile, todos los indicios apuntan hacia un escarmiento sin precedentes en la historia.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo destacaron que “el papa nos pidió perdón en nombre propio y de la iglesia”, tras sus entrevistas y adelantaron que “sin dudas adoptará medidas”.
No sabemos qué tipo de sanciones o castigos aplicará el Sumo Pontífice pero tenemos esperanzas de que reflexione con la conciencia de saber con certeza todos los abusos cometidos, comentó Cruz, uno de los antiguos seminaristas en el caso Karadima.
La situación derivó en una agudización mayúscula de la credibilidad de la Conferencia Episcopal de Chile, sobre la cual Cruz señaló categórico que “no es capaz de pedir perdón, “no sabe hacerlo”.
Santiago de Chile, 8 de mayo 2018
Crónica Digital /PL