Sin representantes de los gobiernos de España y Francia, mediadores internacionales refrendaron en la localidad vascofrancesa de Cambo-les-Bains el final de la organización separatista ETA y abogaron por la pacificación en el País Vasco.
Más de medio siglo después de su eclosión, ETA anunció la víspera de manera oficial el desmantelamiento de todas sus estructuras como grupo armado que reivindicó la independencia de las norteñas comunidades autónomas del País Vasco y Navarra.
En un comunicado, Euskadi Ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad, en euskera) dio por terminado su “ciclo histórico y la función de la organización”, surgida el 31 de julio de 1959 en plena dictadura del general Francisco Franco (1939-1975).
Reunidos este viernes en la región gala de Aquitania, los impulsores y avalistas de la disolución definitiva de la agrupación secesionista pidieron acometer la reconciliación en un País Vasco que, juzgaron, aún precisa de una solución global justa y duradera.
“La paz no es un juego de suma cero, sino un asunto de voluntad política, donde ambas partes se ponen de acuerdo para alcanzar sus objetivos de forma pacífica, a través de medios políticos y democráticos”, señalaron los mediadores en un documento.
La desaparición de ETA es “un momento histórico para toda Europa, ya que marca el fin del último grupo armado en el continente”, consideraron en la llamada Declaración de Arnaga, nombre de la villa donde se celebró la cita.
El texto fue leído en varios idiomas por personalidades como Jonathan Powell, jefe de gabinete durante el gobierno del primer ministro británico Anthony Blair; y el político mexicano Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática.
Al encuentro promovido por el Grupo Internacional de Contacto (GIC), que trabaja a favor de la resolución del conflicto en la región española, también asistieron otras figuras como Gerry Adams, uno de los artífices del proceso de paz norirlandés, o el expremier irlandés Bertie Ahern.
Los firmantes recordaron que hay asuntos importantes por resolver, como los presos y los huidos de ETA, y reclamaron más esfuerzos para reconocer y asistir a todas las víctimas con el fin de llegar a una “normalización de la vida cotidiana y política en la región”.
Respecto al proceso de reconciliación admitieron que será preciso honestidad y generosidad de “todas las partes” para “curar las heridas y reconstruir una comunidad” profundamente dividida en la actualidad.
La declaración, que representa la culminación del proceso iniciado en 2011 por el GIC, proclama que “hoy es un buen día para el País Vasco, España, Francia y toda Europa, un día para celebrar”.
“Esperamos que más temprano que tarde, con el esfuerzo de todos, una solución global, justa y duradera se alcanzará en el País Vasco”, indicó el manifiesto.
En la cita de Cambo-les-Bains no hubo ningún delegado del gobierno español ni de la principal fuerza de la oposición, el PSOE, pero sí acudieron el presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortúzar, y el líder de la izquierda independentista rnaldo Otegi.
Madrid, 5 de mayo 2018
Crónica Digital /PL