“-Han tomado esta parte –dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
. -¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.
-No, nada.” Casa tomada, Julio Cortázar
La derecha propone un escenario revuelto. La administración Piñera, ha llamado a generar acuerdos nacionales, en lo que se ha difundido como “la segunda transición”. Cinco puntos, abarcan la hoja de ruta propuesta por los sectores conservadores: infancia, seguridad ciudadana, sistema de salud, paz en la Araucanía y el desarrollo para derrotar la pobreza. ¿Quién puede oponerse a conversar sobre estos temas? En principio nadie.
Sin embargo, la generosa invitación, se tiñe de incertidumbre. Analicemos. Desde un ministerio sensible como el de salud, se redacta un protocolo en que por obra y gracia de la creatividad leguleya, las empresas privadas del rubro, tienen derecho a ser “objetoras de conciencia” en el caso de la ley de aborto en tres causales, pudiendo con ello, seguir recibiendo recursos públicos. Desde el ámbito de la justicia, la declaración hecha por el ministro del ramo, donde acusa a los jueces de “izquierdistas” está lejos de ser amistosa.
Tal vez, el funcionario pretende alinear a los juzgados, con el Tribunal Constitucional, comparados con algunos de sus integrantes, es indiscutible que los jueces de la república son (por defecto) cuasi-marxistas.
El gobierno y los grupos de empresarios gozan de tranquilidad. Debido al manejo de la agenda informativa; para los dueños de los principales medios de comunicación, existen temas que van pasando al olvido: PENTA, SQM, caso farmacias, papel higiénico y un largo (…) duermen bajo el hechizo de una manzana. Hoy, solo se habla de ellos de manera tangencial -y es probable- que se lleguen a acuerdos con penas menores, con un desembolso de recursos pichiruches, para las cuentas corrientes de los imputados.
El asunto se pone color de hormiga, cuando el convocante pretende escoger a dedo a sus interlocutores, saltándose las institucionalidades partidarias, escuchando en definitiva a quien considera digno de sentarse a la mesa de los escogidos, la apuesta es osada porque busca dividir, generando posibles afinidades a ratificar. en las dos cámaras del Congreso Nacional .
Es curioso como los gobiernos de las derechas latinoamericanas, recurren a las mismas recetas: decretos y reglamentos internos, sorteando los congresos las veces que se pueda, bajando impuestos a las fortunas particulares; facilitando la impunidad de gobernantes y ministros que escogen paraísos fiscales, con el fin de evadir impuestos en sus países. Esa obsesión por judicializar los conflictos políticos, amputando a los ciudadanos una serie de recursos, entregando eso sí, a consumidores o clientes, un monopolio de ideas rancias en envases de dudosa procedencia.
En el cuento “Casa tomada” de Julio Cortázar, escrito en 1946, Irene y su hermano cuidan su herencia, dedican su tiempo y vida a mantenerla, se trata de una antigua casa colonial, sin embargo, existe una amenaza externa que poco a poco los va despojando, ellos son incapaces de manejar el conflicto, hasta sufrir la usurpación.
La democracia raquítica que se recuperó, luego de largos años de dictadura, tiene sus formalidades. La primera es respetar la voluntad de las mayorías. En ese sentido el gobierno tiene razón cuando reivindica su 26% del electorado, con capacidad de voto que se expresó a su favor, aun así, los votantes también decidieron entregar a la oposición mayoría en el Congreso Nacional. O sea, se concedió por mandato popular, a los opositores la potestad de aprobar o rechazar los proyectos de ley del gobierno.
Si la acción de la derecha chilena, siguiendo las coordenadas de sus pares de la región, se va a situar entre el desalojo, el manoseo institucional, las cortinas de humo, a imagen y semejanza de su par de América del Norte, que viola las convenciones internacionales; dándose el lujo de atacar un país extranjero, sin consultar al Congreso de su nación, generando un nerviosismo internacional de consecuencias impredecibles. Los opositores a este estilo de gobernanza, tenemos el deber de custodiar lo que costo: sangre, sudor y lágrimas. Llegó la hora en que se actúe con la seriedad que las circunstancias lo requieren.
Si el paradigma de las políticas públicas de la administración Piñera, viene acompañado del viejo dicho de “A Dios rogando y con el mazo dando”. Habrá que remecer a los irresolutos, quebrar los espejos de los ególatras y pedirles a los presidentes de los partidos que vuelvan a leer “El Arte De La Guerra” de Sun Tzu. La casa está tomada.
Por Omar Cid
Escritor.
Santiago de Chile, 15 de abril del 2018
Crónica Digital