Algunas figuras de la Iglesia católica, junto con víctimas de abusos sexuales, revelaron sus expectativas y resquemores ante una carta del papa Francisco que admitió errores de juicio y vergüenza.
El sumo pontífice, en un texto leído ayer en la Conferencia Episcopal de Chile, reconoció “graves equivocaciones de valoración y percepción” en torno a los casos denunciados de abuso sexual de la Iglesia católica en el país austral.
Al mismo tiempo, admitió errores “por falta de información veraz y equilibrada”, un tema que trastocó el impacto de su visita al país austral en enero.
“Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo también personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas”, sostuvo.
Sin embargo, las muestras de esperanzas y saneamiento de las heridas por un lado, estuvieron acompañadas en reacciones de escepticismo y hasta fuertes críticas al comportamiento de la iglesia católica a lo largo de la historia.
El sacerdote jesuita Felipe Berríos dijo recibir esperanza en el mensaje de Francisco, aunque también remarcó que esto confirmaría la existencia de una mafia al interior del clero.
Monseñor Charles Scicluna, obispo de Malta, visitó Chile en febrero en calidad de fiscal del Vaticano para profundizar en las denuncias contra el obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de complicidad con el defenestrado cura Fernando Karadima.
Karadima fue sindicado por actos de pedofilia y abuso sexual, en tanto testigos señalan a Barros de no sólo ocultar lo ocurrido, sino de haber contribuido a ello.
El sacerdote Berríos señaló que la misiva del papa “confirma muchas intuiciones que uno tenía (…). Espero que de aquí al tiempo a que viajen los obispos (al Vaticano) no siga esta máquina de desinformación que hay en la Iglesia Católica”.
“Creo que hay una mafia. No se nos olvide que el papa Benedicto renunció porque no se pudo con esto, y eso es lo que tengo temor, que esta máquina siga funcionando con secretismos, influencias por debajo, cosas desinformadas (…)”, añadió.
Berríos apuntó que el papa Juan Pablo II frenó la modernización de la iglesia. “Se dedicó a los viajes con el secretario de Estado, Angelo Solano, una persona nefasta y empezaron a nombrar a obispos repetidores de lo que se decía en Roma.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo indicaron que valoran de forma positiva lo escrito por Jorge Mario Bergoglio, al tiempo que analizan si aceptar la invitación del Vaticano para ir a Roma a conversar de estos asuntos.
“El daño cometido por la jerarquía de la iglesia chilena, a la que se refiere el papa, ha afectado a muchas personas, no solo a nosotros”, indicaron en un comunicado.
Cruz, Hamilton y Murillo, víctimas de Fernando Karadima subrayaron que el sentido de sus acciones siempre ha apuntado al reconocimiento, el perdón y la reparación por lo que se ha sufrido.
“Y así seguirá siendo, hasta que la tolerancia cero frente al abuso y el encubrimiento en la Iglesia, se haga realidad”, sentenciaron.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 12 de abril 2018
Crónica Digital /PL