Con el nombre de Comisión de Alto Nivel del Foro Regional ‘Salud Universal en el siglo XXI: 40 años de Alma-Ata’, la iniciativa se encarga de elaborar un informe con recomendaciones para mejorar el desempeño de los sistemas de salud, incluir a aquellos que aún están excluidos, empoderar a las comunidades y mejorar la participación social.
En entrevista con Prensa Latina, Bachelet recordó la importancia de la Declaración de Alma-Ata, alcanzada en Kazajistán en 1978, en la cual se reconoció a la atención primaria de salud como principio rector de todo sistema sanitario integral.
De acuerdo con la exmandataria, la OPS incluyó en la comisión de alto nivel que ella encabeza a expertos en la materia, dirigentes sociales y gremiales, y representantes de grupos vulnerables, entre otros actores, para realizar una evaluación de las lecciones aprendidas desde aquella fecha.
En ese sentido, resaltó que hay principios de esa declaración que tienen gran vigencia, como la necesidad de asegurar una atención primaria fuerte, capaz, con recursos humanos bien preparados, por tratarse del nivel que está más cerca de las personas.
Pero, además, de analizar las lecciones, el grupo de trabajo examinará los desafíos presentes, las características de un contexto diferente a la realidad del mundo hace cuatro décadas.
Este es un mundo cambiante, en el cual han aparecido nuevos tipos de enfermedades a pesar de que aún tenemos niños y mujeres que mueren por padecimientos perfectamente prevenibles, por no tener acceso a la atención de salud, manifestó la medica de formación.
Tenemos patologías como las enfermedades crónicas no transmisibles, ligadas en muchos casos a la obesidad y el sobrepeso, a las condiciones de estrés de la actualidad, añadió.
A esas características de la contemporaneidad se suman, dijo, factores como ‘la globalización, la mercantilización de la salud en muchas partes, el desarrollo tecnológico y de la industria farmacéutica, el impacto del cambio climático y la urbanización’.
Debido a la existencia de todos esos elementos Bachelet explicó que no solo se quedarán en la evaluación de los últimos 40 años, sino que ahondarán en cuáles son los cambios necesarios y cómo gestionar tales procesos.
El grupo que preside con ese objetivo tuvo una reunión virtual el 5 de febrero pasado, mientras que la cita en la sede de la OPS, en Washington DC, constituyó el primer encuentro presencial entre los miembros.
De acuerdo con la exgobernante chilena, se propusieron informar sobre el trabajo del panel en la asamblea de la Organización Mundial de la Salud en mayo próximo, así como en el Consejo Directivo de la OPS en septiembre, antes de la celebración en octubre del aniversario 40 de la Declaración de Alma-Ata.
Asimismo, resaltó que el tema del acceso universal, al cual está dedicado el Día Mundial de la Salud que se conmemora el 7 de abril, será el eje de un evento de la Asamblea General de la ONU en 2019.
Creemos que en un año podemos entregarle a la directora de la OPS un informe que permita escuchar a la región en las discusiones en la OMS y en la ONU, agregó la titular de la comisión, quien dijo que el continente ha sido pionero en ese trabajo de preparación para tales citas.
‘Si miramos a 1978, lo que teníamos entonces como índice de mortalidad infantil y materna, el tipo de enfermedades transmisibles o infectocontagiosas, y lo comparamos con hoy en día, hemos avanzado sustancialmente en esos indicadores de salud’, consideró la experta.
Pero Bachelet recordó que esta área geográfica sigue entre las de mayor desigualdad social y económica, y no se logró el propósito de Alma-Ata de que en el año 2000 hubiera salud universal.
Al hablar de salud universal, apuntó, no es solo que debe haber cobertura, ‘sino acceso para todos, en cualquier parte, en cualquier momento del ciclo de la vida’.
La salud no es solo la presencia o ausencia de enfermedad, sino un conjunto de determinantes sociales que la impactan positiva o negativamente, como contar con agua potable, vivienda, mecanismos de preparación de alimentos que no sean altamente contaminantes, detalló.
‘Hay un elemento de Alma-Ata que es clave, y es que la salud requiere de la participación muy activa de las comunidades, de la sociedad civil’, agregó la expresidenta al explicar la diversidad de actores que integran la comisión.
A decir de Bachelet, cuando se ven las cifras globales de salud, en algunos casos parecen positivas.
Sin embargo, cuando se mira con más precisión, se observan grupos en la región que continúan con los mayores niveles de pobreza y de falta de acceso a la salud, como mujeres, niños, afrodescendientes, indígenas, personas que viven con VIH y migrantes.
Preguntada sobre la importancia de la cooperación entre naciones, señaló que cada país tiene elementos y logros muy importantes, algunos de naturaleza más técnica, otros vinculados con la participación social o el cuidado de la infancia.
Dentro del trabajo que realizaremos vamos a mirar estudios de caso y revelar los que han sido exitosos en uno o más Estados y puedan servir a otros como modelo, adaptándolos a su propia realidad, expresó.
Bachelet indicó que su comisión no está dirigida a hacer un diagnóstico regional, porque la OPS tiene realizado ese tipo de estudios y se encarga de trabajar en tal dirección con los gobiernos.
Como comisionados no reemplazamos el rol de la organización, sino que evaluaremos cuáles son las brechas más importantes a nuestro juicio y qué acciones han sido más positivas. ‘Vamos a mirar los desafíos y las recomendaciones a seguir’, remarcó.
Por Martha Andrés Román
Washington, 6 de abril 2018
Crónica Digital /PL