Sin embargo, la investigación confirmó que la teoría de sobrecargar el sistema inmune de un bebé es altamente improbable, destacó el galeno.
Durante el estudio una muestra aleatoria de 193 niños con enfermedades respiratorias y gastrointestinales, junto con otras infecciones virales y bacterianas, se comparó con un grupo de control de 751 pequeños que no habían sido diagnosticados.
El equipo de doctores observó los niveles de exposición al antígeno de la vacuna en los primeros dos años de vida de los menores de edad.
Su estudio concluyó que la exposición total al antígeno de la vacuna no se asocia con un mayor riesgo de infecciones ajenas al efecto de la misma en los siguientes 24 meses de vida.
Washington, 7 marzo 2018
Crónica Digital /PL