El objetivo de la norma aprobada en abril de 1956, con sucesivas modificaciones, es que los electores puedan reflexionar sosegadamente sobre las diferentes propuestas para decidir sobre su derecho al sufragio.
Un total de 46 millones 604 mil 925 electores están convocados a las urnas para decidir sobre los 630 escaños de la Cámara de Diputados y 315 del Senado, el 64 por ciento de los cuales se disputará por el método proporcional y el resto por el mayoritario, donde el vencedor será quien obtenga la mayor cantidad de votos.
De los contendientes sólo tienen posibilidades aparentes de ingresar al legislativo, la coalición de centro-derecha formada por Fuerza Italia, la Liga, Hermanos de Italia y Nosotros con Italia; la de centro-izquierda liderada por el Partido Democrático (PD); el Movimiento 5 Estrellas (M5E); y Libres e Iguales.
Según los resultados de las últimas encuestas, publicados 15 días antes de los comicios, la alianza de centro-derecha marchaba al frente con alrededor del 37 por ciento de la intención de voto, seguida por el M5E con 28, la coalición de centro-izquierda con 27 y Libres e Iguales con seis.
En esas circunstancias, todo indica que resultará difícil, aunque no imposible, determinar un vencedor, por lo cual la mayoría de los analistas coincide en que el resultado final dependerá de hacia donde se inclinen las regiones del sur, donde el centroderecha y el M5E son las fuerzas predominantes.
Ante la sostenida pérdida de popularidad del PD, las expectativas se centran en si el bloque construido por el exprimer ministro Silvio Berlusconi será capaz de alcanzar la mayoría en el legislativo y si el M5E superará el 30 por ciento con el cual se consolidarse como el primer partido del país.
Por Frank González
Roma, 3 marzo 2018