El CIEP -cuya consulta de enero anterior fue la más precisa sobre los resultados de los comicios generales del pasado día 4- entrevistó a 723 personas de un panel fijo desde octubre anterior, a los que llama por teléfono cada mes. Esta encuesta tiene un margen de error de más-menos 3,6 por ciento.
Asimismo, un 20 por ciento de los consultados respondió que no acudirá a las urnas, porcentaje bien lejos del 43,33 por ciento que no lo hizo en la segunda ronda de 2014 o del 34,04 por ciento que tampoco se presentó el pasado día 4. Del total que dice irá a marcar su papeleta, un 13 por ciento está indeciso de por cuál Alvarado lo hará.
El margen de error de la encuesta es la que permite vaticinar el empate técnico, según los analistas del CIEP, quienes aseveran que ambos aspirantes comienzan una nueva carrera sin ventajas considerables.
Agregan que los dos tienen posibilidades de atraer a distintas poblaciones o simpatizantes de los candidatos derrotados en la primera vuelta, pues entre los dos captaron el apoyo de solo el 28 por ciento del padrón electoral tico, de poco más de tres millones 322 mil personas.
Para los expertos de la CIEP el arranque de los candidatos de este balotaje es bien diferente del registrado en 2014, cuando el aspirante por el PAC, Luis Guillermo Solís, mostró una amplia ventaja sobre su rival Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional.
Entre los resultados curiosos de la presente consulta, los analistas mencionan el peso que sigue teniendo el factor religioso -concepto tradicional de familia y oposición al matrimonio igualitario- entre los electores.
Mencionan también que un 28 por ciento de los entrevistados respondió que en escenario alguno votaría por Fabricio, contra solo un 19 por ciento que no lo haría por Carlos.
De esa forma, a los representantes del PRN y del PAC para ocupar la primera magistratura de Costa Rica en el período de mayo de 2018 a mayo de 2022 le restan 50 días para buscar los votos que le den el triunfo el 1 de abril.
San José, 14 de febrero 2018
Crónica Digital /PL