Antes fue primero en encuestas, pero no logró ganar la contienda, a pesar de alegaciones de fraude que el sistema imperante desechó.
Su protagonismo en esta etapa tendrá que cumplir receso, pues inicia un período de veda en el proselistimo y difusión de la propaganda electoral.
AMLO es, entre sus rivales, el más conocido por la población, según dicen varias encuestadoras que también le reconoce, afirman, por sus promesas de enfrentar la corrupción y a la ‘mafia del poder’, como él ha repetido desde mucho antes de iniciar el proceso electoral.
Pero la cuesta apenas comienza y en la contienda tiene que vencer al exsecretario de Hacienda José Antonio Meade, quien va por el gubernamental Partido Revolucionario Institucional(PRI), en alianza con los partidos Verde y Alianza Nacional.
Meade es el primer candidato presidencial del PRI que no milita en esa agrupación, la que más tiempo ha gobernado el país. Para ello esa agrupación política cambió sus estatutos, en jugada previa a la nominación.
Sin fogaje en estas lides, es reconocido como un funcionario honesto y eficiente, que ha trabajado tanto en administraciones del PRI como del PAN.
Pero al también excanciller y exsecretario de Desarrollo Social le toca enfrentar el desgaste priísta, señalado por la corrupción, la violencia y otros flagelos imperantes en el país, incluida la aplicación de políticas que algunos sectores consideran neoliberales y de poco beneficio popular.
De algunas de esas políticas, incremento de los combustibles, el gas doméstico, en particular, sus adversarios le consideran corresponsable.
López Obrador y Meade se las verán también con Ricardo Anaya, de Acción Nacional (PAN), apoyado por el desdibujado Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano y a quien algunas consultoras ubican en el segundo lugar de preferencia.
Anaya, joven político de 38 años, presidió hasta su nominación la dirección del PAN, pero sus ambiciones presidenciales provocaron fisuras y éxodo en esa agrupación política, que gobernó México durante dos sexenios (2000-2012).
No son los únicos aspirantes a la presidencia de la República, puesto al que quieren alcanzar varios independientes como el gobernador con licencia de Nuevo León, Jaime Rodríguez, la exprimera dama Margarita Zavala (esposa del expresidente Felipe Calderón), el senador con licencia Armando Ríos Pitter y María de Jesús ‘Marichuy’ Patricio, apoyada por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional.
Todos ellos, en particular Marichuy, están en franca desventaja con sus rivales apoyados por los partidos con registro.
Marichuy ha estado dos veces en la Ciudad de México haciendo proselitismo, pero es la más afectada por las regulaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) para los independientes.
El árbitro electoral mexicano les exige recabar al menos unas 800 mil firmas, con distribución en al menos 17 estados, y registradas mediante una aplicación vía teléfono celular.
Resulta un dispositivo caro y prácticamente inoperante en las comunidades indígenas, muchas ubicadas en lugares remotos, donde imperan la pobreza e incomunicación.
Eso no va a cambiar, pero mientras tanto desde hoy al 18 de marzo el INE debe aprobar el acuerdo para distribuir el financiamiento público para gastos de campaña entre las candidaturas independientes.
A partir del 11 de marzo y hasta el 29 del propio mes el árbitro electoral analizará que las candidaturas cumplan con los requisitos legales.
El 30 de marzo inicia la campaña electoral y la lluvia de publicidad, mítines, recorridos de los candidatos y tres debates televisivos.
Los comicios del 1 de julio se elegirá al nuevo presidente, los 128 senadores, y 500 diputados federales, varios congresos estatales, ocho gobernadores y el jefe del gobierno de la Ciudad de México, además de cargos municipales.
Por Orlando Oramas Leon
México, 12 febrero 2018
Ojalá que Lopez Obrador logre sortear el difícil camino y dificultades que le presentan el PAN y el PRI; sostenedores del sistema mafioso mexicano. Crímenes políticos, desapariciones, narcotráfico, entreguismo y privatizaciones es el contexto en que se desarrollan las campañas electorales. Culminarán con una campaña mediática del terror “Mexizuela” como lo hacen todos los poderosos en el continente. Al final vendrá el Fraude que ya “nos tienen acostumbrados” Allí Trump, Almagro y el cartel de Lima “ni pestañean”. El Heraldo, mientras tanto, se preocupa de las garantías para la oposición fascista venezolana.