Aunque en su primer año en el cargo, el presidente Barack Obama (2009-2017) aseguró en Praga que Washington seguiría un camino tendente a la reducción de las armas atómicas, su sucesor, Donald Trump, parece dar un viraje de 180 grados en materia de desarme ‘y sin una buena razón’, recordó el Post.
En octubre, la televisora NBC News informó que en una reunión con importantes funcionarios de seguridad nacional, Trump dijo que ‘quería un equivalente al aumento de casi diez veces en el arsenal nuclear de Estados Unidos’.
Aunque el documento no llega tan lejos, sí pide el desarrollo de nuevas armas nucleares llamadas de ‘bajo rendimiento’, es decir, ojivas más pequeñas y con menor fuerza explosiva.
Quienes defienden esta postura se escudan en que Washington posee armas atómicas demasiado grandes y mortales para usarlas alguna vez lo cual, estiman, disuade cualquier intento de emplear ese tipo de armamento en contra de la nación norteña.
Sin embargo, armas de bajo rendimiento significarían una posibilidad real de poder usarlas contra cualquier adversario.
Según la publicación, el lenguaje empleado es resbaladizo y eufemístico, pues bajo rendimiento sugiere un tipo de armamento más suave, una especie de ‘bombas nucleares dietéticas’.
Las bombas arrojadas por Estados Unidos sobre Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 -única ocasión en que han sido usadas contra población civil- eran técnicamente armas de bajo rendimiento, pero provocaron cerca de 300 mil muertos instantáneamente y secuelas radioactivas que se extienden hasta la actualidad.
Lo que no se menciona es que ya tenemos más de mil ojivas nucleares en nuestro arsenal con opciones de bajo rendimiento, sin mencionar el hecho de que cuantas más introduzcamos en el mundo, más probabilidades hay que algún día sean usadas, refiere el artículo.
Explicar que necesitamos más opciones de bajo rendimiento es argumentar que este presidente (Trump) necesita más capacidades nucleares a su disposición, argumentó Alexandra Bell, exasesora principal del departamento de Estado y actual directora principal de políticas del Centro para el Control de Armas y No Proliferación.
Varios analistas destacan que el proyecto usa la táctica del miedo y menciona como potenciales amenazas para la seguridad estadounidense el desarrollo de los programas nucleares de Rusia, China, la República Popular Democrática de Corea e Irán.
De acuerdo con el texto, la versión final de la NPR está programada para ser anunciada en febrero.
Un vocero del departamento de Defensa declinó hacer comentarios sobre el asunto y dijo que esa instancia ‘no discutirá los borradores preliminares del documento’.
Washington, 13 eneRO 2018
Crónica Digital/PL