Como organización integrante del MDP asumimos el voto contra Piñera, en función de la necesidad de no retroceder a un gobierno de una derecha que se tornó agresiva, violenta y fanática en su discurso, y de dar nuestra lucha por las demandas populares en un contexto más favorable como oposición a un nuevo gobierno de la Nueva Mayoría, conglomerado debilitado y cruzado por múltiples contradicciones internas.
Rechazamos tajantemente las múltiples declaraciones que adjudican la derrota del candidato de la Nueva Mayoría a nuestro pueblo trabajador. Si las masas no se vuelcan a participar en las elecciones que los dos bloques mayoritarios vienen realizando cada vez con menos participación popular desde hace 27 años, para repartirse el poder entre ellos, no es porque estén derechizadas ni porque las trabajadoras y trabajadores sean idiotas. Eso es un prejuicio largamente incubado en las clases medias por décadas de tecnocracia neoliberal y un insulto inaceptable a nuestra gente. Claramente, no tiene conciencia de clase quien argumenta de esa manera contra nuestra clase.
La responsabilidad en el triunfo de la derecha es clara y directa: El gobierno de Bachelet y las directivas pusilánimes de los partidos de la Nueva Mayoría, que no fueron capaces de romper con el quiste neoliberal que carcome su alianza por dentro, y decidieron conscientemente NO atender a las demandas populares por derechos sociales, a pesar del amplio apoyo social con que cuentan todas ellas: Una reforma laboral a favor de las y los trabajadores, asamblea constituyente, educación pública estatal, laica, gratuita y de excelencia, fin del CAE y condonación de deudas, reforma a la salud, regularización de empleados a honorarios, anulación de la ley de pesca, NO+AFPs, regulación de la especulación inmobiliaria y banco de suelos para proyectos de vivienda social, entre muchas otras. ¿Qué iban a salir a defender los sectores populares?
Nosotras y nosotros sabemos que las condiciones de nuestra lucha se volverán más difíciles. Pero ya lo eran. El 30 de noviembre varias de nuestras compañeras y compañeros, y nuestra vocera y presidenta del MDP, Doris González, fueron fuertemente reprimidos por Carabineros en el contexto de la protesta por NO+AFPs.
Tenemos un tremendo desafío por delante.
Enfrentaremos un nuevo ciclo de luchas que se abre desde el próximo año, donde vamos a tener que enfrentar una ofensiva de los patrones para quitarnos derechos, para extender y profundizar el neoliberalismo enChile, afectando a nuestras comunidades, especulando con la tierra y con el suelo, acaparando el agua, robando nuestros recursos y dejando una estela de contaminación en el país. Es la última oportunidad que tienen.
Frente a ese escenario, asumimos como una responsabilidad articular en la lucha un frente de resistencias urbanas, junto a otras organizaciones de pobladoras y pobladores de Santiago y de todo el país. De nosotras y nosotros depende la defensa de nuestros intereses y derechos.
Trabajaremos por la coordinación y acción conjunta de los movimientos sociales, en la perspectiva construir una fuerza que pueda plantarse frente a los designios de los dueños del poder y la riqueza. Con los sindicatos, con los estudiantes, con los pescadores artesanales, con los pueblos indígenas, con los movimientos de mujeres y sobre todo con el movimiento NO+AFPs. Creemos que en el periodo que se abre es fundamental el protagonismo de los movimientos sociales, y que las distintas fuerzas políticas que aspiran a representar sus intereses, en vez de cooptarlos o intentar parlamentarizar sus luchas, desmovilizándolos, los apoyen, potencien y se pongan a su disposición.
Hoy que los gobiernos gemelos de Piñera en Argentina, Colombia y Brasil organizan la quita de derechos sociales y atacan a las y los trabajadores, se reafirma nuestra convicción en la unidad de los movimientos de Nuestra América.
Finalmente, consideramos que el Frente Amplio es la única opción de gobierno que nos permitirá como pueblo derrotar a la derecha en las próximas elecciones, a condición de que se permita al pueblo dotarlo de contenidos. El ciclo de la Concertación acaba de terminar miserablemente, y es imprescindible reconfigurar todas las alianzas políticas con el fin de iniciar los cambios necesarios en la matriz productiva y la institucionalidad que nos permitan salir del neoliberalismo, garantizar nuestros derechos colectivos y enfrentar los desafíos políticos, sociales, económicos, tecnológicos, medioambientales y culturales que se están configurando en este siglo XXI.
Es luchando como avanza el pueblo.
Ukamau
Santiago de Chile, 19 de diciembre 2017
Crónica Digital