Sin sorpresas ni emociones adicionales, los ocho candidatos a la presidencia de Chile adelantaron un debate televisivo mustio plagado de controversias y en ausencia de choques frontales.
El mismo diseño del programa, impulsado por la Asociación Nacional de Prensa (ANP), impidió que los aspirantes intercambiaran sus ideas opuestas directamente al concebirse con preguntas y respuestas.
En el programa, efectuado en la sede del Congreso Nacional en Valparaíso, pareció evidente la ausencia de entusiasmo por parte de los electores, que según encuestadoras de rating, prefirieron ver telenovelas.
La voz cantante la llevaron los tres favoritos de las encuestas, el expresidente y candidato conservador Sebastián Piñera; el senador Alejandro Guillier, por el oficialismo de centroizquierda, y Beatriz Sánchez, del izquierdista Frente Amplio.
Sin embargo, con el formato del encuentro solo dominó la exposición de ideas generales y con puntos de vista diametralmente distintos en terrenos como la economía, la Constitución, los derechos humanos y el conflicto mapuche.
Los comicios presidenciales y parlamentarios tendrán lugar el 19 de noviembre, pero es casi inminente que habrá segunda vuelta entre los dos aspirantes con mayor votación, programada para el 17 de diciembre.
La iniciativa de una Constituyente adelantada por la actual mandataria Michelle Bachelet; el conflicto indígena en el sur del país junto con la escalada de violencia; y reformas en varios dominios centraron los debates.
Además de Piñera, sostenidamente amplio favorito de los sondeos, Guillier y Sánchez, participaron la senadora democristiana Carolina Goic, el hijo de Miguel Enríquez, asesinado dirigente izquierdista, Marco Enríquez-Ominami.
También el senador Alejandro Navarro por el movimiento País, el representante de extrema izquierda Eduado Artés por la Unión Patriótica y el ultraconservador José Antonio Kast, cercano a Piñera.
Santiago de Chile, 29 de septiembre 2017
Crónica Digital /PL