Por primera vez en cerca de cuatro años de mandato, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, disfrutó de un abarrotado Palacio de La Moneda, testigo de una ley que dio un giro en la historia.
Razones de sobra tenía la mandataria por dar luz verde, finalmente y tras dos años y medio de batalla, a la ley de aborto terapéutico en tres causales, quizá la reforma más entrañable y difícil de su Gobierno.
Para promulgar la ley, los dos patios de la sede presidencial se llenaron de personas, principalmente mujeres, que no cesaron de ovacionar a la jefa de Estado, acompañada de varios de sus ministros, entre ellos Claudia Pascual, de la Mujer e Igualdad de Género.
“Este paso es la consolidación de los avances de Chile, que hoy es un país mejor y se concede a la mujer el derecho a decidir sobre su gestación (en situaciones de violación, inviabilidad del feto o peligro para la embarazada)”, dijo Bachelet.
La dignataria recordó que hasta ahora el papel del Estado estaba lejos de acompañar a las féminas, y por el contrario hacia las veces de perseguidor, algo inadmisible.
Recalcó que durante el período de análisis, se dio un amplio y profundo debate en el cual todas las tendencias, opiniones y argumentos fueron escuchados en el Parlamento con respeto. Luego el proyecto pasó el tamiz del Tribunal Constitucional.
“Hay que aprender a respetar las diferencias, a dialogar, conversar en paz, ha ganado la democracia, ha ganado Chile, que es un país mejor”, sentenció.
Parte de la oposición de derecha, con el ex mandatario y nuevamente aspirante a La Moneda, Sebastián Piñera, a la cabeza manifestaron rechazo a la legislación 21030 y se valieron de un sector de los evangélicos para desbarrar de la gobernante.
Piñera no asistió a la ceremonia en La Moneda, como tampoco a los actos solemnes por el 44 aniversario de la muerte de Salvador Allende y sus 38 colaboradores, víctimas del golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
El candidato presidencial por el Partido Progresista (PRO) Marco Enríquez-Ominami, criticó en duros términos a Piñera por ambas actitudes y al mismo tiempo aplaudió a Bachelet por llevar adelante de la legislación de aborto terapéutico.
“Este es el día quizás más importante para la libertad de Chile; hace 11 años intentamos impulsar la ley y fuimos castigados”, comentó a Prensa Latina el hijo de Miguel Enríquez, líder izquierdista asesinado por las huestes de Augusto Pinochet.
Por su lado, el senador Alejandro Guillier, la carta hacia los comicios presidenciales de noviembre de la coalición de Gobierno, encomió la adopción de la ley que ofrece oportunidades a la mujer de decidir acerca de una cuestión muy personal.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 15 de septiembre 2017
Crónica Digital /PL