La senadora Isabel Allende Bussi, hija del extinto presidente de Chile defenestrado por un golpe de estado en 1973, recordó el legado de su padre y el cariño del pueblo todavía vigente.
La legisladora, a propósito de la conmemoración de la asonada golpista de Augusto Pinochet que quitó la vida a Salvador Allende y 38 colaboradores cercanos el 11 de septiembre de 1973, escribió un comentario para Opinión de Radio Cooperativa.
Durante la ceremonia solemne en el Palacio de La Moneda, el mismo lugar bombardeado por los militares bajo el comando de Pinochet, Allende Bussi no pudo esconder sus emociones y dejó escapar sentidas lágrimas en el recorrido por la instalaciòn.
Mi padre creía en un socialismo en democracia, pluralismo y libertad, acorde a lo que eran nuestras tradiciones y nuestras instituciones, hasta que aquello fue traicionado, reflexionó la senadora socialista.
“Pero creo que la gente recuerda no solo su dignidad del 11 de septiembre de 1973, sino que también a un luchador social, que empezó tempranamente, como estudiante secundario y nunca más terminó hasta que entregó su vida en La Moneda”, apuntó.
Allende Bussi se refirió en particular a el ex mandatario como un pedagogo social que pidió soñar en un país cuyas riquezas básicas fueran para el conjunto de la ciudadanía, y por sobre todo, para el bienestar de quienes más lo necesitaban.
La Reforma Agraria, la Nacionalización del Cobre, la apertura a las relaciones internacionales con países que hasta ese entonces no existían, y que hasta el día de hoy, perduran y son tan importantes, como es el caso de China, son parte de su legado, resaltó.
“Quiero recordar sobre todo a la persona, que es lo más hermoso de su legado, que la gente siempre lo sintió como alguien cercano, consecuente, siempre preocupado por su pueblo, y esa es su mejor herencia”, señaló.
La senadora expresó un agradecimiento “amplio y profundo” a quienes lo consideraron la personalidad más importante de Chile y “a quienes lo siguen recordando”.
No fue fácil trasladar sus restos desde el Cementerio Santa Inés hasta el Cementerio General. Había sido un entierro anónimo, al inicio de la dictadura (…), de ahí el gesto de trasladarlo a Santiago, cuando recuperamos la democracia, dijo.
“Gracias porque Salvador Allende siempre vive y vivirá en nuestra memoria”, concluyó.
Santiago de Chile, 13 de septiembre 2017
Crónica Digital /PL