El cambio de gabinete de Bachelet de los días pasados no fue un simple ajuste ministerial en las postrimerías de su gobierno. En efecto, es la modificación de todo el equipo económico de esta administración en uno de los momentos más complejos en esta área: la discusión del presupuesto nacional, proyecto de pensiones, financiamiento de las reformas en la educación, por mencionar algunas. La salida de los ministros Valdés (Hacienda) y Céspedes (Economía) y del subsecretario de Hacienda Micco no tiene relación con sus respectivas capacidades técnicas, sino más bien con su manejo político-comunicacional.
Desde hace tiempo, mejor dicho desde su llegada, al interior de esta administración se hicieron evidentes ciertas diferencias entre este equipo y el resto del gabinete respecto de cómo y hasta dónde implementar el programa de gobierno. El realismo sin renuncia fue el fiel reflejo de esta visión y actitud. Las diferencias con el resto del gabinete se fueron acrecentando y haciendo públicas y, en el intertanto, el Ministro del Interior, Mario Fernández, lejos de ser un Jefe de Gabinete, se trasformó en un espectador. Por su parte, la presidenta Bachelet respaldó en la mayoría de las veces a Valdés y su equipo y, cuando no lo hizo, fue ambigua… pero, en definitiva, favoreció al equipo de Valdés. La razón era evidente, sin disciplina fiscal y crecimiento económico, las reformas de este gobierno son inviables.
Los ministros en cuestión no fueron removidos, más bien, renunciaron por no contar con el respaldo de la presidenta y ser desautorizados públicamente: “les quitaron el piso”. Si el objetivo era dar un golpe de autoridad y mostrar que la conducción política, en manos de la presidenta, está por sobre la económica, se cumplió. Sin embargo, el costo presente y futuro fue muy alto, además de evidenciar una mala gestión política, en palabras de un senador oficialista, “un error no forzado del gobierno”. Lo anterior, en un contexto electoral donde estas medidas y sus implicaciones van hacer aprovechadas por la oposición.
El nuevo equipo económico, más bien el viejo equipo —Eyzaguirre y Rodríguez fueron ministros de Lagos—, ha señalado que su prioridad es el crecimiento económico, mismo objetivo declarado públicamente por Valdés y que fue uno de los motivos de su salida. Entonces: ¿qué tiene Eyzaguirre que no tiene Valdés?.
Por Dr. Rodrigo España Ruiz
Director Escuela de Ciencia Política, U. Central
Santiago de Chile, 6 de septiembre 2017
Crónica Digital