En la tarde del jueves 17 de agosto el conductor de una furgoneta arrolló a cientos de viandantes en las concurridas Ramblas de Barcelona.
Horas más tarde, ya en la madrugada del viernes, miembros de la propia célula yihadista realizaron una acción similar en la turística localidad de Cambrils antes de ser abatidos por la policía.
La alcaldesa de la principal urbe catalana, Ada Colau, llamó hace unos días a la ciudadanía asistir a la marcha de este sábado para que seamos miles y miles los que digamos no tengo miedo, enfatizó.
‘Que sea este lema el que nos hermane, que nos haga reprender la libertad en nuestras calles y deje sin espacio y sin aire a estos bárbaros que nos han querido intimidar’, expresó la alcaldesa.
Colau aludió a la frase No tengo miedo, que de manera espontánea gritaron al día siguiente de los sangrientos sucesos decenas de miles de personas, durante un homenaje a las víctimas de los atentados reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico.
La mejor respuesta, la paz; No a la islamofobia o Vuestras políticas, nuestras muertes, eran algunas de las frases que podían leerse en las pancartas portadas por numerosos manifestantes, una mezcla de los sentimientos que por estos días invaden a la gente.
Precisamente, durante el recorrido se escucharon consignas y silbidos en rechazo a la presencia en la marcha del rey Felipe VI y del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a quienes acusan de mantener relaciones con países que financian el terrorismo.
El homenaje a las víctimas terminó con la lectura de unos breves mensajes a favor de la convivencia y la interpretación del Cant dels ocells (Canto de los pájaros).
Una canción popular internacionalizada por el extinto violonchelista catalán Pau Casals como un himno de paz durante la dictadura del general Francisco Franco (1939-1975).
En numerosas ciudades de esta nación ibérica hubo marchas simultáneas bajo los lemas No tinc por y Tots som Catalunya (Todos somos Cataluña).
Crónica Digital /PL