Como consecuencia, miles de años después, los tomates en el mercado actual pueden pesar hasta mil veces más que los frutos de sus antepasados.
En este estudio, los científicos analizaron un gen que denominaron Regulador del Tamaño de la Célula (CSR, por sus siglas en inglés), que aumenta el peso de la fruta al aumentar el tamaño de las células individuales en el pericarpio, que es la parte carnosa del tomate.
El conocimiento del gen ahora abrirá vías de investigación sobre cómo se puede aumentar aún más el tamaño del tomate sin afectar negativamente otras cualidades importantes, como la resistencia a las enfermedades y el sabor, señaló Van der Knaap.
En comparación con los tomates silvestres, las variedades domesticadas llevan una mutación en los genes CSR que acorta la proteína resultante en las células, y este truncamiento probablemente afecta su papel en la regulación de la diferenciación y maduración celular en los tejidos frutales y vasculares, detalló la experta.
Atenas, 21 agoSTO 2017
Crónica Digital /PL