En las últimas semanas hemos vistos a candidatos presidenciales y Candidatos Presidenciales. Efectivamente, uno escrito con minúscula y el otro con Mayúscula, porque el candidato minúsculo, si usted se fija, ha aparecido en los medios de comunicación para decirnos que debemos participar sólo en la valoración a los políticos, es decir que usted diga este es bueno y este es el malo, y de ahí usted no hable más, no participe ¡Cállese!
El otro candidato, el grande, nos ha invitado a reconocerle primero firmando por él, y esto para permitir un proyecto de país construido entre todos.
Si quedan dudas le digo que el candidato pequeño es Piñera, y es así porque se ha molestado tanto con la gratuidad en la educación, que la televisión lo ha mostrado como un presidente de corazón pequeño, mirando sólo a los suyos.
En cambio, Alejandro Guillier, el candidato con mayúscula, ha concentrado toda su fuerza en un objetivo modesto, y que es hablar primero con la gente, y que le digan qué es lo urgente, y con qué empezamos juntos el nuevo gobierno.
Y esto es fundamental porque de esta forma se da validez a lo que se debe hacer en un país. Incluso Guillier ha dicho: “no me gustan los generalísimos, ni los coroneles, más bien prefiero la horizontalidad en la política”. Es decir, donde todos podamos participar, aunque no conozcamos mucho de política.
Porque contrariamente si nos fijamos, el candidato Piñera lo que establece es poner distancias entre él y los demás. Como si él fuera un iluminado y la verdad no lo es, porque de lo contrario en su gobierno hubiera arreglado los problemas del SENAME y no hubieran muerto más de 500 niños y niñas bajo su mandato. Así una vez más, Piñera indica que arreglará el SENAME, y todos nos preguntamos; pero por qué no lo hizo antes. Simplemente no lo hizo porque repartió en las empresas privadas lo que debió ir a la institución.
Pero afortunadamente este tremendo contraste y diferencia en los candidatos está dando algunos frutos, uno de ellos es que la población ha recogido con mucho agrado apoyar con su firma al candidato Alejandro Guillier, y permitirle que su nombre y su programa estén impresos en las elecciones para encabezar un proyecto de gobierno.
Por otra parte, y en contraste, Piñera ha notificado al país de su afán y perspectiva de derechización ideológica de la educación, de la salud, de los emprendedores, de las pensiones y de todo lo que permita ser sujeto, es decir, todo se paga, y si no tiene, te jodes.
Esa derechización ideológica es lo que Alejandro Guillier no debe permitir, pero él solo no lo puede hacer, porque Piñera tiene la plata y el poder para arrasar, en cambio Guillier tiene la consecuencia política de la horizontalidad, del mirar a la cara y a los ojos cuando habla, y demostrar que la derrota de la derecha no será su victoria, sino será la de todos los chilenos dignos.
Finalmente usted se habrá dado cuenta que hay distintas visiones que tiene la ciudadanía sobre el éxito de los candidatos presidenciales. Así, muchos opinan que Piñera terminará por manipulador sólo en una multitud virtual, la de las encuestas.
En cambio, Alejandro Guillier ha comenzado a mostrar un horizonte democrático que deberá potenciarse con las palabras y muestras de afecto que la gente, como usted, le siga profesando.
Por Sergio Reyes
Periodista
Santiago de Chile, 31 de julio 2017
Crónica Digital