La fragilidad de los procesos para reponer el servicio eléctrico dejó en evidencia la delicada situación de más de seis mil personas, cuya sobrevivencia depende de una máquina que no puede quedar sin energía. Se trata de los electrodependientes, quienes no sólo requieren garantías de un sistema de suministro seguro, sino también ser reconocidos como tales en una ley y en un catastro nacional.
Se estima que cerca de 6.500 personas son electrodependientes en Chile. Se trata de pacientes que requieren de máquinas o equipos conectados a la red eléctrica de forma permanente, para mantenerse con vida o tener estabilidad en sus funciones fisiológicas y cuya atención se realiza en su domicilio.
Carolina Barrientos, académica de la Facultad de Enfermería de la Universidad San Sebastián (USS) y especialista en psico-gerontología explica que entre los electrodependientes se encuentran aquellos pacientes con patologías respiratorias muy avanzadas y que ocupan condensadores de oxígeno, así como aquellas que padecen una enfermedad terminal o degenerativas y que no pueden alimentarse por sí solas y están conectadas a una máquina con una sonda que les suministra la dosis exacta por hora, y otra que los provee de sus medicamentos.
Lo riesgos para los pacientes
“Es muy riesgoso cuando se apaga una máquina que suministra medicamentos como es el caso de un analgésico. Porque al dejar de funcionar, se pierde la dosis exacta del fármaco y aparece el dolor inmanejable y el sufrimiento del paciente”, indica Barrientos, quien agrega que lo mismo sucede con un oxígeno-dependiente. “Al no contar con el dispositivo de apoyo, usa mecanismos compensatorios y aparece la dificultad y agitación para respirar, el ahogo y la sensación de muerte inminente”.
“Es terrible a nivel fisiológico, porque el cuerpo reacciona como si fuera una agresión. Se altera todo el sistema, porque el paciente estaba acostumbrado a dosis exactas de oxígeno, alimentos y fármacos”, señala la enfermera.
Respecto a personas con ventilación mecánica producto de patologías neurológicas o enfermedades degenerativas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), Barrientos explica que sus familiares tienen mayor capacitación y conocimientos para enfrentar una contingencia, pero los equipos de soporte tienen una autonomía limitada de horas y es necesario recurrir a un servicio de urgencia.
Catastro nacional
La enfermera señala que existe un subregistro de personas electrodependientes y que se necesita con urgencia un catastro a nivel país. “No todos los pacientes figuran en los registros ya que hay personas que por ejemplo utilizan un condensador de oxígeno que es de alto costo y generalmente no está cubierto por los sistemas de salud. Por eso, no hay forma de que sean pesquisados en las estadísticas, si no se informa”, explica la académica.
En ese sentido, la docente considera que es necesario que los catastros “sean incluidos en una plataforma unificada de datos, considerando que se trata de un grupo muy sensible, pero no tan numeroso de la población” y que se generen distintas fórmulas de respuesta frente a un corte de energía eléctrico que no dependa sólo de la empresa que provee la energía.
Santiago de Chile, 25 de julio 2017
Crónica Digital