‘Las mujeres, niños y hombres de Mosul han vivido un infierno en la tierra, bajo un nivel de depravación y crueldad que no puede describirse con palabras’, señaló en una declaración desde su oficina, en Ginebra.
Zeid recordó que el EI provocó decenas de miles de desplazamientos forzados, asesinó y utilizó escudos humanos, además de otras violaciones de las leyes humanitarias internacionales y de los más básicos principios de la dignidad y la moral.
De acuerdo con el alto comisionado, la victoria sobre los terroristas en Mosul merece un reconocimiento a las fuerzas de seguridad de Iraq y sus aliados, pero no significa el fin del flagelo en el país petrolero del Medio Oriente, sumido en la inestabilidad y el caos desde la invasión y ocupación estadounidenses de 2003.
‘Los combatientes del EI siguen aterrorizando a personas con sus asesinatos, secuestros y ataques’, dijo el diplomático, quien precisó que los yihadistas mantienen el control de localidades como Tal Afar y Hawijah.
En su declaración, Zeid alertó que las denuncias de crímenes y transgresiones de los derechos humanos también pesan sobre el ejército iraquí y sus aliados.
Tenemos reportes de actos de venganza y castigos colectivos a familiares de presuntos integrantes del EI, una conducta que atenta contra la reconciliación y la cohesión social, subrayó.
El alto comisionado insistió en su convocatoria a las autoridades iraquíes en la urgencia de garantizar de manera responsable el imperio de la ley y el orden en los territorios recuperados, así como de atender las necesidades básicas de sus habitantes.
Naciones Unidas, 11 de julio 2017
Crónica Digital /PL