A fines del año 2014, en el entorno del Parque Portales, un sector del Barrio Yungay, comenzó la intervención por el programa Santiago Revitaliza (actualmente Santiago Revive) financiado por un crédito del BID. La intervención que en sus primeros meses lideró el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes derivó hacia la Subdere, para ser implementada por la Municipalidad de Santiago.
Desde esa fecha y hasta hoy, ha sido una historia de imposiciones, ausencias y autoritarismo.
El Parque Portales es parte del origen del primer barrio planificado de Santiago, que fue protegido el año 2009, cuando culminó una primera parte de la lucha que dimos por la protección patrimonial del Barrio Yungay, concretándose 113 hectáreas, que arrebatamos al mercado inmobiliario y su modelo de guetos verticales. Actualmente este espacio público, patrimonio natural del sector, que debiese contribuir a la vida comunitaria, sufre de abandono y malas prácticas.
Cuando comienza el trabajo de los equipos de intervención de Santiago Revive, la comunidad asistente, solicitó que se transparentará la cantidad de recursos asociados a la intervención, información que en la anterior gestión de Carolina Tohá, y hasta la fecha, ha sido negada. Nada se sabe de montos, contratos a consultoras, adquisición de inmuebles y productos involucrados en este programa.
En ese mismo proceso se ha solicitado participación ciudadana en el diseño, propuestas y ejecución de la iniciativa. Esa solicitud se ha transformado en una “ilusión de la participación”. La gestión municipal ha entendido que participación es validar decisiones que se toman entre cuatro paredes. Para rematar, varios estudios y consultorías, se han ido desarrollando sin mayor impacto en la recuperación del Parque Portales.
Con el paso del tiempo, la acción municipal en este sector de la comuna ha demostrado que todo puede ser peor. Como parte del abandono se ha utilizado el Parque Portales para imponer malas intervenciones, contradictorias con los objetivos del programa. Botón de muestra es que la Dirección de Jardines instaló 70 palmeras a lo largo del Parque Portales, sin autorización del Consejo de Monumentos Nacionales. Luego se trató de imponer el Proyecto Welen y finalmente se instaló un Monumento a Nelson Mandela, que al igual que el parque, está abandonado a su suerte, transformado en basural y baño público. Además, curiosamente en ese mismo proyecto de intervención, se ha omitido el hito de memoria a Oscar Fuentes, joven estudiante universitario comunista asesinado en el parque en días de dictadura, homenaje en el cual participamos hace pocas semanas.
La intervención del Parque Portales no puede seguir así. Las imposiciones detalladas son producto de una política municipal autoritaria que tiene como gran ausente a los vecinos y vecinas.
Hay que agregar que el territorio está tensionado por el mercado inmobiliario y la especulación de tierras que ha provocado la demolición de casas, transformándolas en sitios eriazos, alterando la tranquilidad del barrio.
En este contexto, fui notificada por un funcionario municipal, que en los próximos días se instalará un monumento de homenaje al gran escritor y patriota cubano, José Martí. El estado actual del Parque Portales, no es acorde con la dignidad de un libertador de nuestra América. Si en mi calidad de concejala soy “notificada”, que queda para los vecinos y vecinas, a los cuales ese funcionario evidentemente no llamará.
Le hicimos ver la situación del Parque Portales, en conversación y reunión que solicité al Embajador de Cuba. No se puede entender porque la iniciativa del monumento nunca fue comunicada al Concejo Municipal, al Consejo de la Sociedad Civil, organizaciones o Juntas de Vecinos del sector. Recibir a Martí es un orgullo, así como debiésemos homenajear a grandes ausentes de la historia del barrio como Domeyko, Elena Caffarena o Nicomedes Guzmán. Los permisos están aprobados por el Consejo de Monumentos Nacionales desde hace tres años y la obra se inaugurará el próximo 3 de julio de 2017.
No obstante, en la discusión pública que gatilla esta situación, desde una perspectiva de rescate de la historia y el patrimonio, suscribo a la visión de que cada persona trasciende por su vida y obra. En esa perspectiva y siendo Martí el homenajeado, me parece relevante la decisión del Parlamento de Cuba que acordó que “No habrá estatuas ni calles o plazas con el nombre de Fidel Castro en Cuba”, que honra la última voluntad de líder de la revolución cubana.
Personas mal intencionadas han señalado mi oposición al monumento a José Martí omitiendo el contexto del abandono y la crítica a la mala gestión municipal. No me queda más que entender que su omisión tiene que ver con avalar las malas prácticas de funcionarios municipales o la obsesión gratuita de atacar a quienes hemos defendido el derecho a la participación ciudadana.
José Martí, Oscar Fuentes y Nelson Mandela se defienden con sus obras y ejemplos. José Martí con su legado literario y el ejemplo de su muerte el 19 de mayo de 1895, en medio de la guerra de independencia. Oscar Fuentes con su ejemplo de sacrificio y el grito de justicia que su familia y compañeros han mantenido por años. Nelson Mandela, con el sacrificio de años en la cárcel, que permitieron romper el Apartheid.
Hasta la fecha lo que hemos visto en más de dos años de intervención en el Parque Portales son recursos a equipos, compras de inmuebles sin destino claro, consultorías, instalaciones sin contexto, intervenciones sin participación ciudadana. Acciones sin un Plan Integral de Manejo que contemple la biodiversidad urbana, aspectos ecológicos y paisajísticos en el diseño. Y qué decir de un relato que logre unificar y contextualizar los elementos del parque, ni menos la apropiación social de ese patrimonio.
Esta forma de relacionarse con los vecinos por parte del Municipio de Santiago debe cambiar, no es posible que se mantengan las mismas malas prácticas de la administración anterior, realizando intervenciones en los espacios públicos y en áreas verdes, sin considerar de manera vinculante a quienes habitan los territorios.
Por Rosario Carvajal
Concejal de Santiago
Santiago de Chile, 13 de junio de 2017.
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