La luz solar y la claridad del agua promueven la transportación de materia orgánica al fondo marino, ayudando así al equilibrio de la biodiversidad, afirmó una investigación publicada en la revista Science Advances.
El trabajo explicó que diariamente cinco mil millones de toneladas de peces e invertebrados suben a la superficie desde las profundidades marinas para alimentarse, y ese movimiento es considerado una de las migraciones más grandes de la Tierra.
Cuanto más cristalinas son las aguas, más luz penetra y estas especies descienden más durante el día, transportando materia orgánica y carbono al fondo oceánico, precisó la investigación.
Esa gran masa de organismos es la base de la cadena trófica de la megafauna submarina, y resulta esencial para mantener el equilibrio de los ecosistemas, manifestaron los autores.
Durante el día se ocultan hasta a mil metros de profundidad para evitar a los predadores, pero en la noche ascienden para alimentarse y vuelven a su hábitat al amanecer, precisaron los científicos.
Añadieron que esos peces pasan su vida en la penumbra, manteniéndose tanto de día como de noche a un nivel de luminosidad acorde a sus ojos, que les permite detectar sus presas y evitar las amenazas de la superficie.
Madrid, 2 de junio 2017
Crónica Digital /PL