Al volver a leer a Mauricio Redolés recordé un poema de Emily Dickinson, esta poetiza estadounidense que solo después de su muerte en 1866, se fue ganando un sitial dentro de la poesía universal : “Cuando era una niña notaba que la gente de pronto desaparecía. Yo pensaba: se fueron a visitar regiones remotas o a poblar las soledades. Ahora sé: visitan, pueblan las soledades. Pero es porque murieron. Era el hecho que la niña ignoraba”. Hay algo de esto en Redolés, de hablar de lo cotidiano, leerlo es como estar en una anécdota constante, donde sus versos nos presentan fragmentos no tan solo de su vida, sino de la historia patria. “¿No era ese el compañero del Frente, que nos juraba una sociedad futura cuando se llamaba Pablo o Nelson? Otros se dedicaron al comercio, se culiaron al Partido o viven en el Valle de la Luna”.
Redolés es barrial, callejero, Barbón incipiente, con guayabera o chaleco de lana. Es irreverente y a estas alturas yo diría que es el hijo ilustre del Barrio Yungay. Escribe lo que ve y lo que siente y no descansa cuando tiene que hablar de sí mismo: “Eran tiempos en que el fútbol acaparaba toda la mediocridad que a veces amamos. Tú mamá es mi ex mujer. Yo era su ex hombre. Con tu madre alguna vez habíamos hecho el amor, pero el lunes un trámite legal”.
La poesía de este también cantor, pasa por distintos estados creativos donde la influencia de Nicanor Parra está latente: “Yo no soy el Bob Dylan de Chile. Él es el Mauricio Redolés norteamericano”…He vendido menos discos que él, eso tengo que reconocerlo. Pero Papá Leo dice que me tiene fe y una vez me intervinieron el teléfono”.
Los “Antipoemas” de Parra dan comienzo a una poesía coloquial después de los años 50, donde aparecen otros exponentes como Mario Benedetti y Ernesto Cardenal. Aquí los versos son lo cotidiano, son el lenguaje diario llevado a la poesía. Y si bien es cierto que Redolés alcanza algún aspecto de la poesía coloquial, pasa como si nada a la poesía convertida en canción que se mezcla con el rock, la cumbia y el folclore. De pronto difícil de encasillar en un solo estilo, de pronto tan surrealista: “Pienso que debiera hacerme un transplante de cabeza, que le pongan a otro mi cabeza y que otro piense en ti y no yo, que mi corazón no lo toquen, entraste por la cabeza y con ella te irás. Así el poeta del Barrio Yungay cae además en lo nerudiano: “Todos los días conozco a la mujer que me hará olvidarte para siempre”
En alguna conversación con Mauricio Redolés me contó la historia del tal Gaete que era su amigo, lo que no le pregunté si este poema ¿Quién mató a Gaete” de 1996, cuando todavía teníamos la sombra de la dictadura, lo había creado como un sarcasmo a nuestra democracia “en la medida de lo posible”, o bien por que la “Alegría no venía”, como la esperábamos. Entonces aparece este Gaete en representación del ciudadano normal al cual todavía en democracia lo seguían matando.
“Lo funó la Luz Casal o la oscuridad total, murió en un campo de con-cer-ta-ción. O fue la Con-cen-tra-ción de partidos. Pobre Gaete quedó diluido, en papeles y cuarteles su cadáver está vivo.
¿Quién mató a Gaete? ¡Loh cueteh! ¡Loh cueteh!, ¿Quién mató a Gaete? ¡El copete! ¡El copete!.¿ Quién mató a Gaete? ¡El Carrete!
Lo mató la Corte suprema o murió de pura pena, lo mataron los nuevos tiempos, porque Gaete no cachó los nuevos vientos. Murió cuando llegó la Alegría porque el Gaete quedó sin tutoría
El que Arrugó pa Colina se lo achó la Dina, lo mató su mina acabó en la tina, lo mató el mamo se le pasó la mano, lo caló pinocho lo metió en su cocho
Lo mató el Fondart no tenía pituto la falta de tuto….
El humor poético, el diario vivir ironizado y musicalizado es la esencia de este autor y la presente antología “El estilo de mis matemáticas” (Penguin Random House-Grupo Editorial, 259 páginas, abril 2017). Libro que recorre los mejores trabajos de Redolés, quien ha podido sobrevivir sin la televisión, en un circuito underground con seguidores en las redes sociales y en las tocatas. Premio Altazor 2009, en la categoría mejor disco rock y Premio Altazor 2014 al mejor álbum de rock, junto al músico Carlos Corales y la cantante Denise.
En agosto del año pasado Mauricio Redolés sufrió un accidente cerebrovascular y hoy está de vuelta con esta recopilación y sin perder ese verso de humor político, nos responde la gran interrogante. ¿Quién Mató a Gaete?
Lo mató una periodista, por dárselas de presidencialista.
Lo mató Guillier, junto con Teillier.
Lo mató Kast, junto con el Más.
Lo mató el Meo, se me salió un peo.
Lo mató el General Villalobos, por involucrarlo en un robo.
Lo mató el Cheyre, lo hizo peure.
Lo Mató Carolina Goic, destruyó a la Nueva Mayoría y dijo yo me voic.
Lo mató Ossandón, por dárselas de fanfarrón.
Por Miguel Alvarado Natali
Santiago de Chile, 29 de mayo 2017
Crónica Digital
Creo que se deben revisar siempre los textos por respeto al que lee, dos errores: he vendido menos discos y el poeta nicaragüense se llaman Ernesto Cardenal.
Gracias compañera por sus correcciones, pasa hasta en las mejores familias. Saludos y de verdad MUCHAS GRACIAS.