- El poeta recibió el homenaje de la Sociedad de Escritores de Chile compartiendo de viva voz su visión de la poesía con una vasta audiencia.
Una Casa del Escritor abarrotada albergó el homenaje a la poesía de Raúl Zurita (Santiago, 1950) quien fuera elegido Premio Nacional de Literatura el año 2000. Escritores de diverso signo y asistentes en su mayoría jóvenes acompañaron al poeta a recibir el reconocimiento de la Sociedad de Escritores de Chile, SECH, en una ceremonia que integró declamación, reflexión, música, y la expresión de la poética de Zurita en voz propia.
Tras la presentación de David Hevia, director de la SECH, su presidente Roberto Rivera Vicencio, destacó como aporte a la literatura del homenajeado “una nueva forma de ver, de entender y de componer poesía, de construir un nuevo imaginario para Chile y una forma de ver toda la poesía, universalmente”.
Durante el homenaje se dio lectura a un fragmento de la obra “Canto a su amor desaparecido”, seguido de la intervención del cantautor Eduardo Yáñez, quien interpretó dos poemas musicalizados. A continuación abordaron la trayectoria y obra de Raúl Zurita Isabel Gómez Muñoz y Héctor Hernández Montecinos, ambos laureados con el Premio Pablo Neruda de Poesía Joven, mismo que Zurita recibiera en 1988.
Isabel Gómez Muñoz, directora de la SECH, realizó un recorrido por la obra de Zurita, destacando su expansión más allá de los terrenos habituales de la literatura, mientras que el escritor Héctor Hernández Montecinos evocó la relación de su generación con el homenajeado en torno al sueño de un mañana: “ese mañana, en Chile alguien lo soñó, alguien lo imaginó en el desierto, lo imaginó en el cielo, lo imaginó en los acantilados, lo imaginó en el mundo entero; ese mañana de él nos convoca y por eso estamos aquí”, recalcó.
Tras manifestar su agradecimiento, el autor de Purgatorio pronunció un breve discurso (leer) sin apoyo de escritos, dando vida a su poética ante el público: “Hay una página donde está escrito todo. Donde está escrito incluso el paraíso en la tierra, y tú recoges fragmentos de eso. Y al ponerlo en el papel esa imagen se distorsiona”, manifestó, en una mirada autocrítica hacia el acto creativo. Respecto a la historia actual, el poeta expresó su indignación por la imperante “probervialidad del mal” y el sufrimiento humano, afirmando, a la vez que: “Hay, a pesar de todo, un día nuevo que nos está esperando. Si no hubiera ese nuevo amanecer, en las condiciones más absolutamente atroces, sin ese nuevo día, sin esa nueva imagen, sucumbimos en los dos minutos que siguen. Estamos condenados, sobre esta tierra, a construir el paraíso. Esa es nuestra condena y nuestra misión. La dignidad de cada ser humano es la única gran obra, la única gran sinfonía.“
Ante personalidades de la política y la literatura, entre ellas Guillermo Teillier, Soledad Fariña, Marina Latorre, Álvaro Ruiz, y de los directores de la SECH Malú Ortega, Guillermo Martínez y Cesar Millahueique, el evento concluyó con el acto simbólico de colgar la imagen del homenajeado en la sala de Premios Nacionales de la Casa del Escritor, donde se aprecian unos junto a otros escritores chilenos que han sido reconocidos con este galardón.
Santiago de Chile, 29 de marzo 2017
Crónica Digital / sech.cl