Curiosamente, al dar detalles sobre el procedimiento -que movilizó a más de mil 100 efectivos- el delegado federal Maurício Moscardi Grillo se limitó a señalar que parte del dinero pagado a fiscales sanitarios a cambio de licencias corruptas e inspecciones irregulares a los frigoríficos abastecía las arcas del PMDB y el PP.
De cualquier modo, aclaró, no fueron identificados los políticos beneficiados ‘porque nuestro foco eran la salud pública, la corrupción y el lavado de dinero’.
Reveló, además, que en el transcurso de las investigaciones fue interceptada una llamada telefónica entre el ministro de Justicia, Osmar Serraglio, y Daniel Gonzalves Filho, señalado como líder del esquema criminal montado en varios frigoríficos para facilitar la producción y comercialización de alimentos adulterados.
Según Moscardi Grillo no se logró identificar ninguna conducta delictiva por parte de Serraglio, quien entonces era diputado federal y gustaba de llamar ‘gran jefe’ a su ahijado político y exsuperintendente regional del Ministerio de la Agricultura, preso el propio día 17 cuando se realizó la operación.
Mas el flamante titular de Justicia no parece ser el único integrante del gabinete Temer vinculado con la Carne débil….y corrupta.
En su blog Otras palabras, el periodista Alceu Luis Castillo se pregunta por qué la prensa blinda al ministro de Agricultura, Blairo Maggi, uno de los mayores productores de soja y maíz del mundo, cuando la PF también libró una orden para allanar su gabinete y éste había solicitado una licencia de 10 días justo la noche antes de la acción.
Castillo recuerda asimismo que en agosto pasado Maggi anunció que reduciría la fiscalización sanitaria, concentrándola allí donde existieran mayores riesgos, y uno de los ramos excluidos fue el de la avicultura, justamente devenido uno de los centros de la operación Carne débil.
ATAQUE EXTERNO
El investigador de política exterior Danilo Braganza asegura no tener dudas de que la arremetida de la PF contra uno de los sectores económicos más importantes de Brasil, el cárnico, forma parte de un ataque externo.
No es teoría de la conspiración, pero tampoco resulta difícil entender acontecimientos relacionados entre sí, dijo y recordó que en apenas tres años -exactamente el tiempo que lleva la operación anticorrupción Lava Jato- ‘nuestras grandes cadenas productivas fueron transformadas en nada’.
En ese sentido, el periodista Florestan Fernandes Júnior apuntó que tres competidores brasileños incomodaban a los Estados Unidos: el petróleo, las empresas de construcción civil y la industria de embutidos, algunas de las cuales llegaron a transformarse en multinacionales y tenían fuerte presencia en América Latina, Africa y Asia.
Operaban con la misma desenvoltura para ganar licitaciones conque lo hacen las grandes firmas del mundo: Siemens, Alstom, Bombardier, etc. todas investigadas recientemente, pero preservadas y trabajando con normalidad, inclusive aquí, en Brasil, en obras como la del metro, señaló.
Una opinión coincidente fue expuesta en el periódico digital Brasil 247 por el comentarista Ribamar Fonseca, para quien el mayor beneficiado con la desmoralización del sistema político y jurídico, el retroceso social y la devastación económica del país es Estados Unidos.
Golpistas y Lava-Jato, tomados de las manos, están destruyendo Brasil; actuando en dos frentes contra los intereses nacionales, (el presidente Michel) Temer de un lado y fiscales (de Lava Jato) y la Policía Federal del otro, advirtió.
Lo cierto es que una acción (la operación Carne débil) catalogada por la exministra de Agricultura Katia Abreu de ‘mediocre, infantil y baja’ ocasionó a la economía brasileña cuantiosas pérdidas en menos de una semana y colocó además en riesgo a un sector que garantiza empleo a más de cuatro millones de personas.
Por Moisés Pérez Mok
Crónica Digital /PL