Frente al daño foliar de la especie, Lawrence Kirkendall sostiene que es prematuro calificar la situación de grave, porque aún no se conocen las causas de la enfermedad.
Durante 12 días el doctor Lawrence R. Kirkendall, de Noruega, experto en insectos, permaneció en Chile, específicamente en las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos, estudiando el estado de las araucarias (Araucana araucaria), especie simbólica de nuestro país que presenta un deterioro foliar a lo largo de toda la zona de distribución en el territorio nacional.
El especialista, que ya regresó a su país para elaborar un informe que debe entregar a la Corporación Nacional Forestal en el plazo de un mes, fue recibido por el jefe del Departamento de Plantaciones de CONAF, Luis Duchens, a nombre del director ejecutivo de la institución, para agradecerle el trabajo desarrollado. En dicha ocasión, Duchens enfatizó en la importancia que tiene la especie para los chilenos y chilenas, declarada monumento natural.
“Es difícil calificar de grave la situación de las araucarias -comentó Kirkendall antes de viajar- porque se trata de una condición totalmente nueva. No sabemos que tienen. Lo más probable es que sobrevivan. Los árboles y los bosques han sobrevivido frente a muchos otros ataques”.
Junto con indicar que el daño foliar puede ser multifactorial, el noruego precisó que su trabajo estuvo centrado en “tomar muestras en terreno de los distintos bosques, ramas en condiciones diferentes, con síntomas diferentes. En el laboratorio (de la Universidad de La Frontera, en Temuco) examiné esas muestras muy minuciosamente cada milímetro de corteza. Yo soy experto en insectos, y lo más probable es que ellos tengan un rol en esta situación. Busco barrenadores de madera, especialmente en ramas caídas y árboles”.
Las investigaciones del doctor Lawrence Kirkendall apuntan principalmente a los escarabajos de corteza americanos (Scolytinae) y barrenadores (Platypodinae), presentando además numerosos otros estudios.
Por otra parte, CONAF, que lidera un equipo multidisciplinario público-privado en este tema, trabaja desde el año pasado en la detección del origen del problema. Por tal motivo gestionó con FAO la presencia a principio de marzo del sudafricano Michael John Wingfield, especialista en sanidad forestal, quien también remitirá un informe de lo observado en terreno.
Servicio Forestal de EE.UU.
En este programa de estudio de la araucaria, durante la presente semana un equipo de especialistas del Servicio Forestal de Estados Unidos, integrado por Rebecca Ciciretti, encargada de relaciones internacionales; Elizabeth A. Willhite, entomóloga forestal; y Ángel Saavedra, fitopatólogo, ha estado visitando -en compañía de representantes de la Universidad California-Davis en Chile- la Región de La Araucanía, donde los profesionales conocerán los avances de las investigaciones realizadas por distintos organismos nacionales y recorrerán el sector Puesco del Parque Nacional Villarrica y Lonquimay para observar directamente el deterioro foliar de los individuos, a fin de poder luego contribuir en la solución sanitaria de la especie.
El Servicio Forestal de Estados Unidos, motivado por la alta relevancia que tiene la araucaria tanto a nivel nacional como internacional, asumió el desafío de investigar y encontrar con recursos propios la causa que ha provocado la debilidad de estos ejemplares. Por ello, el trabajo de los expertos estadounidenses constituye un reto profesional al no existir en el mundo conocimiento sobre la enfermedad que afecta a la especie.
Por tal razón, el Gobierno norteamericano envió al país a dos importantes investigadores en el tema. Elizabeth A. Willhite, con 28 años de experiencia y asesora en el área de sanidad forestal del organismo, centra su labor en desarrollar y aplicar nuevos hallazgos científicos en la materia, por lo que su esfuerzo está enfocado en los vacíos que en la actualidad existen en relación al conocimiento de plagas de insectos. Mientras que Ángel Saavedra entrega asistencia en el control de enfermedades tanto en terrenos públicos como privados, desarrollando evaluaciones con el objetivo de determinar la situación local de patógenos forestales.
Santiago de Chile, 16 de marzo 2017
Crónica Digital