La convocatoria sobrepasó todas las expectativas. Según especialistas hacía rato no se veía una movilización tan contundente desde que Mauricio Macri llegó a la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, en diciembre de 2015.
Se cuentan entre 50 mil y 70 mil las personas que salieron en masa a respaldar la lucha de los educadores, quienes vestidos con sus batas blancas dieron la lección en la calle y como muchos afirmaban en los carteles: hoy no estamos dejando de enseñar, estamos enseñándolos a luchar por sus derechos.
Un día después otra marcha llenó de pueblo las calles porteñas, la de la Confederación General del Trabajo (CGT). Una multitud de obreros salió a repudiar los despidos y suspensiones de los últimos meses, los tarifazos, la flexibilización laboral.
Las avenidas eran intransitables, el caos vehicular palpable desde horas tempranas, mientras cientos de personas se desplazaban hacia el ministerio de Producción, donde se realizó el acto, que terminó a gritos y reclamos a los dirigentes sindicales para que pongan fecha a un paro general ya.
Cansados de la burocracia sindical, el ambiente se calentó y los manifestantes fueron duros y reclamaron a los líderes poner día y hora a la huelga.
El ministro de Producción, Francisco Cabrera, salió a refutar las acusaciones formuladas durante la movilización en una entrevista radial en la que aseguró que en 2016 ‘se crearon 80 mil empleos registrados. No es cierto que haya destrucción del empleo’, dijo. Hubo siete por ciento menos de importaciones, por lo tanto es falso que haya una lluvia de importaciones, defendió.
Luego llegó otro día más, el 8 de marzo, en el que mujeres de todas las razas y credos, acompañadas por sus familiares, por sindicatos, organizaciones, partidos políticos, hicieron tres grandes protestas en defensa de sus derechos, coartados durante siglos, una movilización con ecos en casi todo el país: un ruidazo, un paro y la manifestación.
La de las mujeres fue una marcha hermosa y triste a la vez. Los carteles con rostros de cientos asesinadas en los últimos meses, las pancartas en apoyo a Milagro Sala, en una cárcel de Jujuy hace más de un año y considerada para mucho una presa política, la de tantos y tantos nombres que ya no están resonaron fuertes en esta histórica convocatoria.
Las representantes de comunidades ancestrales defendiendo su territorio, otras abogando por el aborto legal, de otro lado una ola humana diciendo basta a los femicidios, al acoso sexual, a la violencia machista, todas unidas por un mismo grito: parar ya con el patriarcado y el abuso.
Como diría el prestigioso periodista e intelectual Horacio Verbitsky en su columna en el diario Página 12 ‘las tres movilizaciones y los paros, más los que se avecinan, junto con el rebrote inflacionario, el incremento de las percepciones negativas sobre el futuro y el descrédito sobre la honestidad presidencial marcan el peor momento en sus 15 meses’.
En tanto Mario Wainfeld subrayó en un artículo en ese mismo medio que las multitudes movilizadas fueron las protagonistas de esa semana.
‘Participaron cientos de miles, no importa la cifra exacta. Algunas o algunos habrán concurrido a dos de las marchas o acaso a las tres. Las jornadas rebosaron de civismo, afirmaciones de pertenencia, júbilo compartido. Expresaron a amplios sectores activos, que se perciben agredidos por el gobierno del presidente Mauricio Macri’, dijo.
LA LUCHA APENAS COMIENZA
La multitud aglomerada mostró algo de lo que se avecina si el Gobierno no pone freno a sus políticas neoliberales como mismo han afirmado varias voces sindicales.
La protesta social se eleva mientras los docentes siguen dando la pelea y anunciaron otro paro de cuatro días para esta semana mientras insisten con una negociación salarial a nivel nacional.
Los tarifazos -se anuncia un posible aumento del servicio del agua- continúan y con ello los precios de la canasta básica y de otros productos siguen elevándose en un país donde vivir cada día es mucho más caro. El desempleo esta latente y las noticias de varias fábricas en crisis con suspensiones y despidos ocupan titulares.
Una de las luchas más sonadas en estos primeros meses del año es la de los operarios de la empresa Artes Gráficas Rioplatentese, perteneciente al conglomerado Clarín, que desde 16 de enero cuando se enteraron del cierre del local y que habían quedado sin trabajo tomaron el lugar y siguen dando la batalla.
Pese al silencio mediático que han denunciado, un grupo de los 380 trabajadores despedidos de esa fábrica se mantienen en plan de lucha y recientemente denunciaron un posible desalojo.
Hace pocos días se conoció que en el último año la pobreza escaló a un 32,9 por ciento afectando a 1,5 millones de personas más, según un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica.
‘A partir de 2016 el impacto de la devaluación, las medidas anti-inflacionarias, el contexto internacional adverso y el rezago de la inversión privada y pública habrían generado un escenario crítico, aún más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales’, señaló el Observatorio.
Según arrojó el informe, los índices de pobreza ascendieron de 29 por ciento a fines de 2015 a 32,9 en el tercer trimestre de 2016, lo que significa 1,5 millones de nuevos pobres, cerca de 13 millones por debajo de la línea de pobreza.
La indigencia pasó del 5,3 al 6,9 por ciento, alcanzando a 2,7 millones de argentinos, señaló el estudio que precisó que para estar por encima de esa escala una familia debe percibir más de dos mil 200 pesos al mes (unos 150 dólares).
Tras conocer estos resultados el Gobierno difundió un decreto en el Boletín Oficial, en el cual prorroga la emergencia social hasta el 31 de diciembre de 2019.
El presidente Macri afirmó hace pocos días al dejar abierto el 135 período de las sesiones ordinarias del Congreso que el desafío más grande es sacar a millones de argentinos de la pobreza e insistió en que esta es su gran preocupación y una prioridad.
Espero que nuestro gobierno se evalúe por el éxito que tengamos en este objetivo, ‘gobernar es una tarea humana que implica tomar las medidas necesarias para que el país crezca y genere oportunidades para todos’, manifestó.
Las tres marchas del 6, el 7 y el 8 de marzo es una avanzada de otras que vienen en camino este mes.
Por Maylín Vidal. Corresponsal de Prensa Latina en Argentina.
Buenos Aires, 15 de marzo 2017
Crónica Digital /PL