En respuesta a la invitación a discutir un marco programático para una alianza progresista, el director de Nodo XXI y parte de Izquierda Autónoma, invitó a realizar un crudo análisis del gobierno de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.
El pasado Jueves, en las dependencias de la fundación Chile 21, tuvo lugar la discusión del documento “Por una convergencia de la izquierda para una coalición progresista” redactado por Carlos Ominami y Manuel Antonio Garretón. A esta instancia fueron invitados Carlos Ruíz (reemplazado por Víctor Orellana), Pablo Velozo (Secretario General PS), Javiera Parada (Coordinadora Comisión Contenidos Constitucionales RD) y Gonzalo Navarrete (Presidente PPD).
Las distintas expresiones de izquierda presentes en el debate saludaron la instancia y reconocieron la necesidad de articular una nueva alianza mayoritaria de izquierdas que pueda realizar transformaciones. Al mismo tiempo, criticaron duramente el devenir del PPD, partido ligado a la Fundación Chile 21, y su colaboración activa en la radicalización de las políticas neoliberales en Chile.
Víctor Orellana, sociólogo, militante de Izquierda Autónoma y director de Nodo XXI, dice que el gobierno de Lagos pudo haber revertido esta situación y no lo hizo. En cambio, optó por enfrentar los desafíos del país “creando nichos de acumulación privada con ganancia asegurada con subsidios públicos y con condiciones aseguradas. Ese gobierno radicalizó una colonización empresarial de la política que no había llegado a ese nivel en los gobiernos anteriores democratacristianos”, precisó.
Durante el debate, el sociólogo puso especial énfasis en la colonización empresarial de la política y puntualizó respecto a sus aspectos más importantes: “Primero, a nivel institucional (…) En el caso educacional, la ley de acreditación le da a los actores empresariales lucrativos de la educación una participación directa en los procesos de acreditación y regulación”.
Además, apuntó una fuerte colonización hacia los partidos tradicionales que parte en el gobierno de Lagos, pero se acentúa los siguientes. Para él “lo más escandaloso ha sido el financiamiento a las campañas, pero no se detiene ahí. Podemos ver las puertas giratorias entre directorios de empresas y ministerios. Entonces se va configurando un giro incluso dentro de los márgenes estrechos de la propia transición a una suerte de radicalización neoliberal impulsada, ya no por los militares, la derecha o Lagos, sino por quienes los sucedieron”.
Orellana subrayó que el gobierno de Lagos “se separó de las voluntades que lo llevaron a la moneda y termina en un contubernio empresarial en Casa Piedra”. Para éste, esa política terminó dañando gravemente a la polis, lo cual sostiene mencionando la consecutiva asunción de Velasco al Ministerio de Hacienda en el gobierno de Bachelet, al cual califica como “neoliberal confeso”. Para el movimiento Izquierda Autónoma “hay que reconstruir la historia de esa sociedad y cómo ese poder colonizó a la política. De lo contrario, sin entender como eso ocurrió, no podemos desarmarlo” afirmó.
Cerca del final, el sociólogo señaló que resulta contradictorio el llamado a converger respecto de la expansión de políticas neoliberales en el actual gobierno: “La gratuidad. ¿Es un avance o no?” polemizó el sociólogo de Nodo XXI. “El mes anterior durante enero y febrero se celebraba que la gratuidad había llegado al doble de personas. Se incorporan estudiantes de IP y CFT, los cuales son dispositivos fundamentales de la división sexual del trabajo. (…) En el sistema masivo lucrativo de educación superior se lucra con esas diferencias (entre carreras para hombres y carreras para mujeres), las estimula, las promueve, y hoy con recursos públicos. Vamos a terminar la reforma educacional el 2017 con más educación privada, con menos educación pública, con más financiamiento público a la educación privada y con más lucro” finalizó.