El líquido innato que fluye dentro de la rosa contribuye a crear hilos largos y conductores, no sólo en el tallo, sino también en toda la planta, en las hojas y pétalos, resalta un artículo divulgado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Al decir de Eleni Stavrinidou, una de las autoras, hemos sido capaces de cargar la rosa repetidamente, durante cientos de veces sin ninguna pérdida en el rendimiento del dispositivo.
Los niveles de almacenamiento de energía que hemos logrado son del mismo orden de magnitud que los de un supercondesador. La planta puede, sin ninguna forma de optimización del sistema, potencialmente cargar, por ejemplo, nuestra bomba de iones, y varios tipos de sensores, explicó.
Esta investigación está en una etapa muy temprana y permanece abierta la cuestión sobre qué traerá el futuro, dijo Stavrinidou.
Entre las posibles aplicaciones, se cuentan los sistemas energéticos autónomos y la probabilidad de crear células de energía dentro de las plantas, enumeró.
Por su parte, el jefe del Laboratorio de la Universidad de Linköping, Magnus Berggren, expresó que hace unos años demostraron la posibilidad de crear plantas electrónicas, centrales eléctricas, pero ahora mostramos que la investigación tiene aplicaciones prácticas.
No sólo hemos probado que es factible el almacenamiento de energía, sino que también podemos suministrar sistemas con un rendimiento excelente, aplaudió Berggren.
Washington, 6 marzo 2017
Crónica Digital /PL