Todo está preparado, agregó, para que los equipos adecuados y el personal técnico ingrese a Ein Fijeh y se restaure el servicio de agua potable a la capital, actualmente racionado por el sabotaje de los extremistas.
De acuerdo con fuentes militares, los combates han hecho retroceder a los terroristas, los cuales mantienen aterrorizados a los habitantes de unos 11 pequeños pueblos existentes en la región del Baradá, una fuente natural de agua esencial para la capital del país.
Los desplazados, indicaron funcionarios de la Media Luna Roja Arabe siria, son alojados en albergues temporales y reciben atención humanitaria y servicios médicos hasta tanto se resuelva la actual situación.
El manantial de Ein Fijeh es abastecido por las aguas del río Baradá, el cual da nombre a la región, se extiende por 84 kilómetros desde las montañas fronterizas con El Líbano y riega un área aproximada de 375 kilómetros cuadrados.
Damasco, 2 de enero 2017
Que sea pronta la retirada de esos alimañas que tienen a la muerte como un dios.Que la vida acompañe a los del ejercito sirio .buena suerte.