Y para reafirmar este perfil de “mujer de hierro”, “competitiva”, “guerrera” que busca proyectar (porque es del Bío Bío (¿) sostuvo), agregó que “la izquierda siempre ha sido peligrosa”, que “ellos fueron capaces de destruir La democracia”, y anunció que “va a hablar claro, y que “está dispuesta a pagar los costos de lo que significa ser presidenta de la UDI”.
La presidenta del partido creado en 1988 por Pinochet y Jaime Guzmán, enfatizó en su lenguaje agresivo, que “no pretendo que la UDI busque popularidad, sino que busque respeto”, subrayando que mantendrá la Declaración de Principios del partido, particularmente en lo que respecta a la dictadura y sus crímenes.
El documento, refrendado en marzo de este año establece que la UDI “destaca el patriotismo y espíritu de servicio de las Fuerzas Armadas y de orden de Chile, cuyo origen y gloriosas tradiciones se identifican con el surgimiento y defensa de la chilenidad a través de toda la historia del país, incluida su acción libertadora del once de septiembre de mil novecientos setenta y tres, que salvó al país de la inminente amenaza de un totalitarismo irreversible y de la dominación extranjera, culminando así una valiente resistencia civil y recogiendo un clamor popular abrumadoramente mayoritario”.
Las declaraciones de Jacqueline van Rysselberghe es una declaración de guerra de la Derecha contra la ciudadanía, que deja de paso heridos en su propio sector: “Evopoli” ( “está bien que ocupen otros espacios”, dice, o el desprecio por su rival en las elecciones internas , el diputado Jaime Bellolio, que se jugó por una “renovación”, al que desestimó, argumentando que “quien gana en una elección competitiva tiene que asumir la responsabilidad de los éxitos y de de los errores”.
Nada de consideraciones democráticas, o de actitudes del tipo “políticamente correcto” concepto que le es ajeno y que desprecia, así como relativiza el hecho objetivo de que en las elecciones “presidenciales” de la UDI hayan participado menos de 7 mil personas, solo un 10 por ciento del padrón electoral que el conglomerado dice tener y que ella haya obtenido un 60 por ciento de los que fueron movilizados para votar.
Objetivamente, lo importante es que la Derecha pinochetista se ha sacado la careta democrática y ha lanzado su grito de guerra y ha escogido la virulencia verbal y los métodos de la guerra sicológica, el ataque alevoso al gobierno y a la izquierda, con el objetivo estratégico de recuperar el poder político que perdieron con la recuperación de la democracia.
En realidad no podría esperarse otra cosa de la señora Jacqueline van Rysselberghe y los “coroneles”, que han manejado la UDI desde su fundación.
“Yo no reniego de mis amigos declaró respecto de Jovino Novoa, una figura “histórica y fundador de su partido, ex Subsecretario de Gobierno de la dictadura de Pinochet(1979-mayo de 1982), cómplice de las políticas represivas y criminales de ese régimen: durante ese periodo fueron asesinados el líder sindical, Tucapel Jiménez Alfaro (25 de febrero de 1982) y el presidente Eduardo Frei Montalva (22 enero de 1982).
Novoa fue además condenado el 27 de noviembre de 2015, a tres años de presidio remitido, por delitos tributarios, en el caso de dineros ilegales (caso Penta y Soquimich) en el financiamiento de la política.
El abuelo paterno de la nueva presidenta de la UDI, Enrique van Rysselberghe Martínez, fue alcalde “designado” de la dictadura en Concepción, de 1975 a 1979.
Claramente la designación de Jacqueline van Rysselberghe como, una miembro destacada -“numeraria”, la elite jerárquica superior – del Opus Dei, es la reafirmación de una línea dura, agresivamente reaccionaria, de la derecha nacional, de su vocación entidemocrática y ultraconservadora en lo político, lo social y lo valórico.
Los chilenos deben darse por enterados de los objetivos declarados por los herederos de Pinochet y su partido. Nada de rostros amables, de jóvenes “renovados”. Lo que se ha impuesto en la UDI es el garrote.
El 7 de enero asumirá la conducción del principal partido de la derecha lo más selecto de pinochetismo, que estima es la hora de una oposición recalcitrante y -una vez más- de los cuchillos largos, hacia la izquierda e incluso a los que en su sector buscan una renovación o asumir una posición más moderna y menos retardataria.
Deben tomar nota también de esta notificación quienes, en la Nueva Mayoría, se sienten tentados a inclinarse hacia una convivencia impura con la Derecha, afectados de la grave enfermedad del sectarismo antipopular y del mesianismo elitista.
Nos esperan tiempos tormentosos donde habrá que tener manos firmes y claridad de objetivos, para conducir el timón. La Derecha está en estado febril, y dispuestos al ataque.
El gobierno, la Nueva Mayoría, las organizaciones sociales y progresistas del país, deben mantener el estado de alerta y, claramente, ser responsables en sus acciones políticas, sus estrategias y su compromiso con el progreso, la unidad y la democracia, la justicia social, los derechos humanos y el porvenir del país y su gente.
2017 será un desafío. Por Marcel Garcés Muñoz
Director de Crónica Digital
Santiago de Chile, 22 de diciembre 2016
Crónica Digital
Dificil se viene 2017.Cualquier maldad se espera de van rysselberghe es opus dei, lo mas siniestra que existe. Como es posible que Concepcion otrora tan izquierdista voten por esta mujer.Poblaciones populares como La aguita de la Perdiz donde la izquierda arrasaba de repente se volvieron udis? Que paso? Vive gente muy pobre ahi. Pero no se puede explicar esta vuelta tan rara.