Como ocurrió desde el mismo inicio de la Revolución en el ya lejano enero de 1959, el pueblo cubano inunda las calles para recibir a su Comandante y profesarle no un adiós, sino un íHasta siempre Fidel!
Consignas como íViva Fidel!; pa’ lo que sea Fidel, pa’ lo que sea; Fidel seguro a los yanquis dale duro, Fidel aprieta que a Cuba se respeta o íYo soy Fidel!, retumbaron desde entonces y se expanden hoy con infinita potencia desde aquí al exterior para despejar dudas y sobre todo, para que aquellos ignorantes que celebran, estén convencidos de que somos y seremos fidelistas.
Y que nadie diga que las personas salieron a las calles obligadas o presionadas, el pueblo acudió a las plazas al llamado de la Revolución, como siempre Fidel los convocó.
Ya sea para cumplir con el plan de alfabetización; la lucha contra bandidos; doblegar a los invasores de Playa Girón; aportar a la zafra de los 10 millones, apoyar militarmente a Angola y Etiopía, ayudar a erradicar el analfabetismo y elevar la calidad de vida de millones de personas en el mundo, el pueblo cubano dijo presente a la solicitud de Fidel.
Hoy, cuando el vecino del norte cambia la estrategia y sobre todo sus acérrimos enemigos de Miami se imaginan que vamos a abandonar los ideales de Fidel, se equivocan, porque aunque ya no esté físicamente, su pensamiento continuará guiando a un pueblo que como él mismo dijera en reiteradas ocasiones, unido, jamás será vencido.
Por Reinaldo wossaert Silva
La Habana, 2 de diciembre 2016
Crónica Digital / PL