Los típicos asados matizaron las celebraciones de alcaldes y concejales triunfadores en las elecciones municipales en Chile, tal vez para olvidar por un momento que hay una copa con cristales quebrados.
Volver a armarla será difícil y aunque con sabor a triunfo la derecha festejó su ligera ventaja en los comicios, 38.51 por 37.08 por ciento, en el fondo todo el mundo sabe que una abstención de más del 65 por ciento es cosa seria.
Como reza en el viejo refrán, a río revuelto ganancia de pescador. Y en este caso fue el ex mandatario Sebastián Piñera el principal ganador, a un año de las elecciones presidenciales para las cuales será sin dudas el candidato de la derecha.
Piñera se reafirmó como líder natural de la concertación y aprovechó la ocasión para dar su estocada: “los chilenos han expresado su deseo de un cambio, de un cambio para que Chilesea un mejor país”.
Del otro lado de la barrera, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, a todas luces se tomará el tiempo necesario para emprender acciones que permitan, sobre todo, recomponer la maltrecha coalición de Gobierno Nueva Mayoría.
Aunque ya hizo un cambio de gabinete (tres titulares reemplazados), se espera que vuelva con otros para refrescar el ambiente y de paso permitir a algunos ministros dejar los cargos, ante sus aspiraciones para diputados o senadores.
Frente a un panorama político complejo, con casos de corrupción en proceso, escándalos y torpes manejos -como los errores en los padrones electorales-, llamó la atención el triunfo de un político joven en Valparaíso.
Jorge Sharp, un abogado de 31 años, ex dirigente estudiantil en la ciudad portuaria, fue la sorpresa de los comicios al batir con holgura al alcalde saliente de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
De su quehacer y futuro dependerá bastante el ascenso de una incipiente clase política irreverente y contestataria, que comienza a abrirse paso en Chile, un país muy conservador marcado todavía por la dictadura de Augusto Pinochet.
Sharp ganó con un 54 por ciento de apoyo y como bien dijo, su elección abre una oportunidad para Chile de un cambio histórico.
“Hoy día somos alternativa. Somos fuerza política y social”, comentó.
Herido pero todavía en pie de lucha, otro exgobernante, Ricardo Lagos, tendrá que buscar diversas alternativas para hacerse de un lugar en las preferencias de la Nueva Mayoría con miras a las presidenciales de 2017.
De momento marcha bien a distancia de Piñera en las encuestas y sus eventuales rivales serían los senadores Alejandro Guillier y la hija de Salvador Allende y presidenta del Partido Socialista, Isabel Allende Bussi.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 25 de octubre 2016
Crónica Digital / PL