Aunque todavía es pronto para contabilizar los daños colaterales, las elecciones municipales en Chile tuvieron el efecto de un huracán demoledor en dos sentidos, la alta abstención y el revés del Gobierno.
Las ausencias en las votaciones se acercan al 70 por ciento, una demostración evidente del descontento popular con la clase política chilena en sentido general.
Peor aún, la derrota de la coalición gubernamental Nueva Mayoría frente a la centroderecha del grupo Chile Vamos, dio mayor visibilidad al exmandatario y sin dudas líder natural de la concertación Sebastián Piñera.
Cuidándose de no aparecer en público en momentos intrascendentes, Piñera consolidó su imagen como fuerte candidato a volver al Palacio de La Moneda en los comicios presidenciales de 2017.
Los chilenos han expresado su deseo de un cambio, de un cambio para que Chile sea un mejor país, expresó exultante Piñera.
Si bien todavía el trecho por recorrer es largo, la actitud de la presidenta de la República, Michelle Bachelet, revela que se ha tomado muy en serio lo sucedido y previsiblemente adoptará algunas medidas.
Los problemas internos de la Nueva Mayoría, reconocidos en la anoche del domingo por Bachelet como puntos de incidencia de las municipales, llegaron al punto de cuestionamientos de muchas partes acerca de su vigencia.
El tradicional comité político de los lunes de algunos de sus ministros fue cancelado ayer, señal de que la jefa de Estado prepara el terreno hacia posibles estrategias que permitan de alguna manera revertir un tanto el panorama.
El número dos de la administración, Mario Fernández, ministro del Interior y jefe del gabinete, lanzó críticas a los partidos que forman parte del Gobierno y no son capaces de cerrar filas ante intereses supremos.
“No estamos hablando de lealtades. Estamos hablando de coherencia política. No estamos hablando de sentimientos. La política no debe regirse por sentimientos sino por coherencia política”, remarcó.
Figura en ascenso, el senador Alejandro Guillier calificó de una catástrofe para la democracia la alta abstención registrada en los comicios municipales, dominados por la derecha.
Guillier, del Partido Radical, recalcó que lo ocurrido en los sufragios debe marcar un antes y un después para la Nueva Mayoría.
“Tenemos que hacer una rectificación profunda en lo que es nuestra agenda de Gobierno. Primero, preguntarnos si va a seguir la Nueva Mayoría; segundo, tenemos que preguntarnos si hay voluntad política de ser un gran acuerdo de Gobierno”, comentó.
Apuntó la gravedad de que la gente se quedara en su casa porque no confía en los liderazgos. “Es una catástrofe para la democracia”, acotó.
Por su parte, el exgobernante Ricardo Lagos, posible carta de la Nueva Mayoría el próximo año, expresó que “unidos vamos a vencer, divididos esta coalición tendrá dificultades”, en referencia a lo ocurrido en las elecciones municipales.
“Chile tiene un futuro que ha sido capaz de construir a partir de lo que hemos hecho y, por lo tanto, es indispensable que las transformaciones que hay que hacer continúen, las rectificaciones que hay que hacer se hagan”, argumentó.
Por Fausto Triana
Santiago de Chile, 25 de octubre 2016
Crónica Digital / PL