Siendo estudiante del politécnico de Linares y cursando el cuarto medio, tras el golpe militar dieron de baja a su padre carabinero y a él lo sacaron de clases para llevarlo a una casa de tortura. Es la historia del sacerdote de la orden de los hermanos capuchinos, Sergio Hernández Carrión, que en su libro “De los sueños al dolor y del dolor a la esperanza” nos entrega un relato detallado, simple, ingenuo, pero muy desgarrador del joven de dieciocho años, que un día fue y que las circunstancias históricas lo llevaron a que junto a hermanos, amigos, vecinos, compañeros de curso y de partido, fueran sometidos a torturas.
Del religioso ya había escrito el Obispo Carlos Camus: “Su testimonio es valiente y transparente y nos permite vislumbrar lo que fue esta tragedia para tantos hombre y mujeres que no tenían otro pecado que su lealtad a sus ideas de querer un mundo más justo y solidario”
Sergio Hernández, quien estudio filosofía y teología, se hizo religioso en 1980 y en su escritura queda plasmada la idea de su profundo convencimiento de que si Dios estaba dentro del pueblo, del pobre y de lo sencillo, se podía esperar la felicidad y la libertad de todo ser humano: “Si bien mi militancia socialista nunca había cuestionado mi fe, sentí desde ese momento que el socialismo que yo militaba podía ser la forma de hacer concreto la palabra de un padre que se hace hijo, para caminar con nosotros en la historia, en ese calabozo donde se hizo presencia en mí”
Con una prosa casi infantil, que me hace pensar que este sacerdote tenía escrito hace mucho tiempo este libro, sin embargo, no deja de sorprender en su narrativa algunas situaciones que están al borde de lo anecdótico, como cuando va con una especie de carretilla a la comisaría a buscar las pertenencias de su padre, ya alejado de la institución Carabineros de Chile o bien, mientras estaba detenido, un militar de alto rango lo manda a sacarse el uniforme escolar y ponerse ropa normal. Pero lo que te puede dejar un poco pasmado, es ese momento en el cual es trasladado de lugar de detención, el punto es que desde este nuevo sitio podía escuchar la voz de su madre y de algunos hermanos, ya que lo tenían prisionero al lado de su casa. “Porque al que está amarrado, hincado, vendado, se le quiere denigrar, humillar, reduciéndolo a la nada. Dependerá de la fuerza de sus convicciones, de su formación política, de sus tolerancia al dolor, del conocimiento que se tenga y de la gravedad de entregar información, para soportarla”.
A propósito de CEMA Chile, que este año a través de las denuncias que ha realizado el Ministerio de Bienes Nacionales con respecto a cientos de propiedades, que estarían en manos de esta entidad de forma ilegítima, el sacerdote se refiere a un episodio puntual cuando en la prisión apareció un oficial acompañado por el alcaide del penal, custodiado de militares y gendarmes. Venían a darle a los presos la posibilidad de ayudar a construir la nueva patria: “La agrupación dirigida por Lucía Hiriart de Pinochet –esposa del dictador-con sede en Linares, quería que nosotros nos integráramos a su tarea de ayudar a los pobres, formando talleres para hacer juguetes de madera para la próxima navidad”.
En junio de 1977 y tras 4 años en la cárcel pública de Linares y con 28 kilos menos, caminó nuevamente por la ciudad, mientras la Fiscalía respondió al abogado de la Vicaría de la Solidaridad, para que Hernández en el plazo de cinco meses pudiera dar todos los ramos (materias), que le faltaban para poder terminar la enseñanza media. “A esa altura, en mí estaba claro que las cosas que yo viví en manos de mis verdugos, nadie las debía vivir y como todo ex torturado me resultaba muy difícil hablar del tema. Traté siempre de no aumentar el odio de la gente relatando todo lo vivido”.
Por Miguel Alvarado Natali
Crónica Digital, 14 de Septiembre de 2016
Un ser humano, hijo hermano, tio, religioso y amigo excepcional. Toda mi admiracion y respeto por El. Rosalba ofs.
Ahora te valoro mas q nunca , hermano. Eres un hombre bueno y valiente. Mi admiracion y mi cariño
Testimonio Valiente ,transparente que nos permite saber de esta trajedia terrible en LA ESCUELA DE ARTILLERIA de Linares . El Silencio y la manipulacion informativa son dos de las grandes armas con las que se han encargado de Ocultar la realidad en la Region del Maule -Chile y especialmente en la Villa San Ambrosio de Linares.
Sergio, querido y recordado amigo de ruta , he leido tu obra con entusiasmo, la he compartido toda para acompañarte una vez mas en el dolor , aquella extraña dimension de la irracionalidad humana a la cual fuimos sometidos en aquel 1973. Aprecio y a pesar del dolor tu alegria, tu fé y esperanzadores dias.
Un fuerte abrazo querido hermano Sergio.
Huancho
Juan Manuel Ramos Astudillo
Bélgica