Los expertos usaron ratas en las pruebas y comprobaron que se apreciaban cambios en la parte posterior del ojo antes de manifestarse síntomas visibles del trastorno.
La responsable del estudio, Francesca Cordeiro, dijo que el hallazgo supone un avance potencialmente revolucionario en los tratamientos tempranos de una de las enfermedades más debilitantes del mundo.
‘Estas pruebas implican que la medicina intervendrá mucho antes y de manera más efectiva en las personas que sufren esta condición devastadora’.
En este sentido, el director de la organización benéfica para la lucha contra el padecimiento, Parkinson UK, Arthur Roach, señaló que aunque la investigación se encuentra en su fase primaria y aún debe probarse en humanos; el test es un paso significativo en la búsqueda de soluciones para erradicar las causas subyacentes de la dolencia.
Hoy día no existe ningún escáner cerebral o análisis de sangre que puedan llevar a un diagnóstico definitivo para la enfermedad.
El parkinston afecta actualmente a una de cada 500 personas; y es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común del mundo.
Entre los síntomas figuran: temblores en las manos, brazos, piernas y mandíbula, la rigidez muscular, lentitud de movimientos y dificultades de coordinación y equilibrio, lo que lleva a una reducción progresiva en la calidad de vida del enfermo.
Londres, 19 de agosto 2016
Crónica Digital / PL